La retirada rusa de la base de Lourdes, fue el motivo principal de la visita de Putin en 2000. Pero catorce años después el escenario es otro. Putin llegó con la condonación del 90 por ciento de la deuda cubana a la ex-URSS –muy debatida en la Duma rusa–, ascendente a unos 32 mil millones de dólares. La deuda ha quedado reducida a 3 200 millones pagaderos en 10 años, es decir 320 millones anuales y serán invertidos en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel.
Ahora Cuba no representa una base de cohetes estratégicos o de escuchas, sino un portaviones anclado en la entrada del Golfo de México. Y Mariel, un centro con gran capacidad de almacenaje de contenedores en cuya periferia surgirán plantas para diferentes producciones y también dedicadas a darle valor agregado a otras –ya hay intereses negociando.
De ahí al resto del continente o más allá atravesando el canal de Panamá o en el futuro mediante el proyectado canal en Nicaragua. Pudiera ser también, en el futuro, que estas mercancías siguieran una ruta desde y hacia 90 millas al Norte generando empleo y riquezas necesarias para ambos lados del Estrecho de La Florida (oigan lo que dice Crist).
Putin-Raúl-Fidel
Putin ha conversado con el presidente Raúl Castro Ruz y con el líder del proceso cubano Fidel Castro Ruz. Temas del conflicto en Ucrania, la cercanía de la OTAN en las fronteras rusas, el interés de la política de Putin en América Latina y los asuntos bilaterales, estos últimos renovados y aumentados en perspectiva. Seguramente habrán abordado tópicos sensibles sobre los cuales solo el tiempo y algunas señales podrán darnos cuenta. Pero si algo queda claro es la apuesta rusa por América Latina, a la que se acerca sin espejuelos ideológicos –un pragmatismo olvidado por Washington por el que pagará un precio político y también económico, repito.
El acercamiento ruso a nuestra región –especulada por no pocos analistas por la frase del canciller Lavrov de que su país puede dar respuesta contundente a la tensión creada por el conflicto ucracianio– ayuda a consolidar la tendencia predominante a una mayor independencia respecto a EE.UU. y al logro de integraciones regionales y subregionales a fin de consolidarse y obtener una inserción mayor en un mundo que, a pesar de los zigzagueos, camina hacia la multipolaridad.
CELAC y UNASUR están en la mirilla de Moscú y con el BRICS (alianza de Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica) ya han sostenido conversaciones a fin de, inicialmente, establecer vasos comunicantes. Insertarse demorará: BRICS pide tiempo para nuevos ingresos, no los niega. Opta sabiamente por aguardar para solidificarse y echar a andar mecanismos alternativos al FMI.
Herencia y huella
Hace varios días conversé sobre la visita de Vladimir Putin a La Habana con el politólogo cubano Rafael Hernández, director de la revista Temas. En su opinión la visita responde a que Cuba ya superó el enfriamiento generado por el derrumbe de la URSS que originó “un sentimiento de traición por lo ocurrido”. Para reconstruirla, coincidíamos en la necesaria maduración por ambas partes, maduración en la que la dinámica de la política internacional de los últimos 14 años ha contribuido de manera importante.
Otro elemento favorable es que a pesar de lo ocurrido “existe un pasado de relaciones que aún tiene pegada”, me anotó Hernández y agregó que “nosotros tenemos más rusoparlantes que ningún otro país de A Latina” y también una buena cantidad de rusocubanos o de cubanorusos, unos viviendo aquí y otros allá.
El politólogo no puede dejar de reiterar la convergencia de las proyecciones en política exterior –señaladas por Putin en una entrevista publicada en Progreso Semanal– entre ambos gobiernos, capaces de superar las diferencias de sistemas políticos.
Y algo sumamente importante: numerosos dirigentes políticos y económicos del país fueron formados en la ex-URSS y/o en el entonces identificado como campo socialista. Marino Murillo rector de los cambios en la economía, se graduó en la antigua República Democrática Alemana (RDA) y otro tanto el actual ministro de Economía Adel Izquierdo, ambos miembros del Buró Político del PCC.
Pero ahí no queda. Prácticamente la mayoría de los generales cubanos en activo fueron formados en academias de la URSS o aquí en Cuba por profesores rusos, independientemente de que las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) no han copiado: crearon su propia escuela y concepción militar y disponen de su Escuela Superior de Guerra. La guerra de Angola es una muestra de lo anterior. Casi todos los generales que integran el BP del Partido Comunista de Cuba recibieron formación en la URSS y/o en países miembros del extinto campo socialista.
La visita no es una más. El tiempo de estadía no debe medirse en minutos sino en términos de intensidad. Pienso que la misma tendrá impacto a mediano plazo en diversas áreas del acontecer nacional.
Foto: Ladyrene Pérez/Cubadebate