La vergüenza de una política hostil

Arthur González

balserosCuando se escriba la verdadera historia de la manipulación de la emigración cubana en la 2da mitad del siglo XX, Estados Unidos tendrá que reconocer cuanta maldad ejerció, con tal de fabricar una imagen negativa de Cuba después del derrocamiento del tirano Fulgencio Batista.

Desde el mismo triunfo de la Revolución, llevada a cabo por Fidel Castro Ruz con el apoyo mayoritario de la población cubana, el gobierno estadounidense y la CIA iniciaron planes especiales para estimular la emigración ilegal, con el propósito de hacerle creer al mundo que los cubanos “huían del comunismo”.

Sin embargo, poco dicen respecto a los asesinos y ladrones del régimen del dictador Batista que arribaron a territorio yanqui y jamás fueron deportados a Cuba, a pesar de los reclamos legales para que se enfrentaran a la justicia y pagar por sus cientos de crímenes.

55 años después según en el sitio Cubaencuentro, la agencia española de noticias, EFE, informó que el Centro Cultural Español de Miami presenta un proyecto artístico que busca recolectar testimonios de los balseros cubanos, aprovechando el vigésimo aniversario de la llamada “Crisis de los Balseros”.

Pero lo que omiten en dicho Centro Cultural son las causas que desde Estados Unidos estimularon esa emigración masiva.

Para hablar de la llamada Crisis del año 1994, obligatoriamente se deben recordar los orígenes de la política migratoria que Estados Unidos diseñó especialmente para Cuba, con el fin de manipular a la opinión pública.

En diciembre del propio año 1960, por decisión del presidente Dwight

Eisenhower, se inaugura el “Centro de emergencia de Refugiados cubanos en Miami”, dando inicio a la categoría de “refugiados” a los que arribaban a los Estados Unidos, sin fundamento legal para esto.

La CIA había iniciado algunas acciones de Guerra Sicológica, para lograr que muchos cubanos abandonaran el territorio nacional y por tal motivo el 26 de octubre de 1960 a través de la emisora Radio Swan, establecida como resultado del 1er Programa de Acción Encubierta, se trasmite un mensaje que decía:

! Madre cubana, la próxima ley del gobierno será para quitarte a tus hijos desde los de 5 años y devolvértelos a los 18 convertidos en monstruos del materialismo! !Ve a la iglesia y sigue las orientaciones del clero!

Con este mensaje comienza la ejecución de la tenebrosa acción de subversión conocida como “Operación Peter Pan”, la cual pretendía que los padres cubanos enviaran sin acompañantes hacia Miami a sus hijos, para evitar que el gobierno revolucionario les “quitara” la Patria Potestad, “enviándolos hacia la Unión Soviética para recibir adoctrinamiento ideológico”.

Bajo esta cruel falsedad de la CIA salieron de Cuba desde el 26 de diciembre de 1960, 14 mil 048 menores sin sus padres.

En 1961 el presidente John F. Kennedy, aprueba el “Programa de Refugiados Cubanos”, destinado a facilitar la integración de los “exiliados” de la isla. El presupuesto inicial del programa fue de 4 millones de dólares en 1961, de 38 millones de dólares en 1962, hasta alcanzar la cifra de 144 millones de dólares en 1972. Duró 15 años y le costó al Tesoro estadounidense 727 millones de dólares.

El 28 de junio de 1962 el gobierno norteamericano aprobó la Ley Pública 87-520, bajo el nombre de “Ley de Migraciones y de Asistencia a los Refugiados”, la que restringe la definición de refugiado solo al Hemisferio Occidental, con vistas a favorecer a los cubanos.

El 2 de noviembre de 1966 el Presidente Lyndon B. Johnson, firma la Ley Pública 89-732, conocida como “Ley de Ajuste Cubano” y a la vez que estimula las salidas ilegales, le ofrece un tratamiento especial y diferenciado a los que arriban a los Estados Unidos de forma ilegal; situación que no se aplica con ningún ciudadano del mundo.

En el año 1986 el Presidente Ronald Reagan aprobó la Ley Pública 99-603, “Ley para el Control y la Reforma de Inmigración”, que incluía su Sección 202 un “Ajuste para Cubanos-Haitianos”.

Esa sección permitió que los cubanos llegados por la vía del Mariel, pudieran solicitar la residencia permanente después de haber llevado más de 6 años en los EE.UU., sin tener un estatus definido.

Por si fuese poco, en Noviembre de 1997 el Congreso de los Estados Unidos aprueba la Ley Pública 105-100. “Ley de Ajuste Nicaragüense y Alivio Centroamericano”, (NACARA). La misma define en su Sección 202, “Ajuste del estatus de ciertos nicaragüenses y cubanos”, requisitos necesarios para que personas de ese origen, pudieran solicitar la residencia permanente en Estados Unidos.

Ante todas estas leyes, hay que tener en cuenta los planes del gobierno norteamericano para hacer fracasar el proceso revolucionario cubano, con el objetivo de que la población buscara en la emigración, la solución a sus problemas económicos.

Para lograrlo, el 18 de enero de 1962 el Presidente J.F. Kennedy aprueba el conocido “Plan Mangosta”, que busca reforzar las acciones de Guerra Económica, cuando asegura en su texto original:

[…] “inducir al régimen comunista a fracasar en su esfuerzo por satisfacer las necesidades del país, unido a las operaciones psicológicas que acrecentarán el resentimiento de la población contra el régimen”.

Un informe clasificado Top Secret, con referencia H18422 693-4, marzo 1994, confeccionado por el Jefe de la Sección de Intereses Norteamericanos en La Habana, dirigido al Departamento de Estado, al Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) y a la CIA, declara a propósito de la situación actual del Programa para los refugiados cubanos que:

“En el procesamiento de solicitudes de visas de refugiados siguen presentándose casos pocos sólidos. La mayoría de las personas presentan las solicitudes más que por causas de un verdadero temor de persecución, por el deterioro de la situación económica”.

Durante la inauguración de la exposición, el Colectivo Curatorial Aluna, conformado por Willy Castellanos y Adriana Herrera, tendrán que recordar estos antecedentes y sobre todo el Memorando del entonces Subsecretario de Estado para Asuntos Iberoamericanos de los EE.UU. Lester D. Mallory, del 6 de abril de 1960, donde entre otras cosas afirma:

“No existe una oposición política efectiva en Cuba; por tanto, el único medio previsible que tenemos hoy para enajenar el apoyo interno a la Revolución es a través del desencanto y el desaliento basado en la insatisfacción y las dificultades económicas. Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba. Negarle dinero y suministros para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”[1].

Cada cual que saque sus propias conclusiones.

[1] Fuente: Foreign Relations USA, tomo VI, p. 886

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