Por Scarlett Lee
Cuando el estudiante de segundo año de medicina, San Miguel Molina Cobas fue expulsado de la Facultad #2 de Medicina de Santiago de Cuba por vincularse a acciones de la organización contrarrevolucionaria UNPACU y por sus pretensiones de crear –para servir a la misma- una célula en dicho centro, además de haber alegado en una entrevista el 12 de agosto de 2013 a los canales que se dedican a subvertir la realidad cubana Tele Martí y Antena 5, de la televisión en Miami, que no se sentía motivado por la carrera que estudiaba y que consideraba que no tenía futuro como médico ¿qué?; José Daniel Ferrer –líder de la UNPACU- comenzó a potenciarlo como posible “líder juvenil”, ya que dentro de su “organización” de antisociales y delincuentes, es difícil encontrar a alguien que al menos haya comenzado los estudios universitarios. Fue así como San Miguel Molina Cobas pasó en corto tiempo de ser un estudiante de medicina, a convertirse en uno de los posibles “líderes o agentes del tan esperado cambio de régimen en Cuba”, un integrante del proyecto subversivo -disfrazado de inocentes becas estudiantiles- “Somos un solo Pueblo”.
Sinopsis del proyecto y su fracaso
El proyecto Somos un Solo Pueblo, fue creado por la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FHRC, por sus siglas en inglés) en colaboración con el Miami Dade College (MDC) y el curso inició en enero pasado con 17 estudiantes, entre ellos Molina Cobas; quienes alegaban “que no podrían realizarse profesionalmente en la isla por sus ideales políticos”, sin embargo llegaron al MDC para recibir entrenamiento en técnicas subversivas; aunque al iniciarse el curso, Rolando Montoya, Rector de dicha institución, negó la vinculación del mismo con la política.
El proyecto ya había dado de qué hablar entre contrarrevolucionarios de la isla por el evidente nepotismo que reinó en la selección de los becarios, como por ejemplo la hija de Berta Soler y Ángel Moya, Lienys Caridad Moya Soler, una sobrina de Moya, otra sobrina del “Coco” Fariñas y la hija de Félix Navarro y también entre grupos contrarrevolucionarios de Miami en rivalidad con la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), según tengo entendido, por el dinero que les otorga la USAID, por el bajo nivel de los estudiantes seleccionados y por las sospechas de que estas becas podrían ser la justificación para emigrar; aunque a su llegada, los jóvenes fueron obligados a prestar juramento de regresar a Cuba so pena de reembolsar los gastos incurridos, aproximadamente de 16 mil USD.
Pero esta advertencia fue en vano y a pesar de paseos, encuentros con políticos como Bob Menéndez e Ileana Ross, tres de los chicos faltaron al juramento y decidieron quedarse en EE.UU. Sus nombres: el rapero Raudel Collazo, Aleidys Catá Moya, sobrina de Berta Soler y Ángel Moya y para sorpresa -quizás no tan sorpresa- de los miembros de la UNPACU, el ahijado de José Daniel Ferrer, San Miguel Molina Cobas; a quien no le importó defraudar a su padrino.
A raíz del escándalo que habían provocado anteriormente estos becarios, criticados por la opinión pública por sus comportamientos inadecuados (hasta consumo de drogas, razón por la que el graffitero conocido por El Sexto tuvo que regresar a la isla antes de tiempo) y por los tres “factores de cambio” que se les quedaron allá, el Departamento de Estado y la USAID critican a la FNCA y sus directivos así como a los patrocinadores del proyecto en Cuba: Berta Soler y Coco Fariñas por la mala selección de los estudiantes, además de que la propia Soler, según revela el periodista Edmundo García, no sólo permitió a esos jóvenes viajar a Miami conociendo sus intenciones de desertar sino que los apoya en su decisión de no regresar a Cuba, oponiéndose abiertamente a las instrucciones de su principal patrocinador. En consecuencia, se han suspendido las becas en el MDC, así que los contrarrevolucionarios en la isla con ganas de emigrar tendrán que esperar a que se les ocurra un nuevo proyecto, así sea el mismo perro con diferente collar.
¿Y las expectativas de Ferrer García?
Según el blog Miradas Encontradas, San Miguel, pecando o haciéndose el ingenuo, planteó en UNIVISION 23 que la Fundación no lo apoya: “No entiende que no quieran (La Fundación) que hagamos lo mismo que ellos hicieron”, como si no supiera que no es allá donde “hace falta”, si no aquí en Santiago de Cuba para -con las estrategias de subversión aprehendidas en el MDC- servir mejor a la “causa”.
Así que, Ferrer García también tendrá que esperar a que aparezca otro joven “con habilidades”, mientras dicen que no hay quien le hable de San Miguel Molina Cobas; me gustaría verle la cara de veras, pero ya lo dice un viejo refrán: “Cría cuervos, que ya te sacarán los ojos”.