II
Agotadas sus fuentes creativas se alejó de Palmarito de Cauto y emigró a Santiago de Cuba, donde se le mojó la soga y el pijama le baila. Como guajiro al fin la Habana prosigue siendo el epicentro de sus sueños, pero tiene el listón muy alto para su total ausencia de cerebro; además la capital es “terreno minado” y allí nunca será el “financiero “de los revoltosos internos y le resultará imposible presentarse como un hombre de letras y pensamiento.
De democracia José Daniel sabe lo mismo que de cibernética .Políticamente es un tarado con precio. Desde el punto de vista intelectual se considera un genio, por lo que todas sus decisiones traen el sello de sacrosantas. Quienes lo conocen ratifican que tiene más dotes de neurocirujano, que de periodista y gacetillero.
Resulta sarcástico verlo grabar todas sus conversaciones telefónicas. Sus textos y ediciones lloran ante la prensa y el prestigio de le Real Academia de la Lengua Española. Éticamente le gusta mucho el dinero como para ser y serio.
El colmo es que hasta los diplomáticos de la misión estadounidense en la Habana se mofan de su burlesco, doloroso y neurótico comportamiento.
Y no es para menos! El Oráculo se ve como el líder natural de la contrarrevolución cubana, se autoproclama el candidato de mayores opciones para asumir la presidencia de la República cuando la Revolución desaparezca y ve convertida la casa de su familia en Puerto Padre en el emblemático museo de la “Cuba libre y democrática” que desdibujan sus amos.
Ahora bien, sería un error de proporciones dramáticas confundir sus delirios con inocencia, pues nuestro “asno con garras” aunque torpe en materia organizativa, exhibe sobrada destreza y habilidad en el manejo y la administración de los dólares, sobre todo, los ajenos.
Con idéntica falta de transparencia distribuye los alimentos, las medicinas y el resto de los recursos que envían desde el exterior para los prefabricados presos políticos cubanos, proceso en el que privilegia a sus elegidos y aduladores, que con un coeficiente de inteligencia menor al de los primates le hacen creer a su Secretario Ejecutivo que es el mismísimo Zeus o en su efecto el primogénito de Herodes, aquel que de su padre heredó el reino , de su madre la afición por los camellos y lo de bestia, todo parece indicar que fue una vocación muy propia.
Para decirlo en buen cubano José Daniel Ferrer tiene más problemas –de personalidad- que un libro de matemática cuántica. No exageramos si recordamos que su círculo estrecho de amistad lo cataloga de autosuficiente, frívolo, demandan te, violento, irreflexivo, pedante y proclive al maltrato; mientras que sus familiares testimonian que los desafueros del necio americanizado paralizan más de lo que indignan a sus conciudadanos.
Aunque quisiera, no puedo ignorar que nuestro connotado cafre ambiciona los lauros y jugosos premios monetarios de la bloguera Yoanis Sánchez, de la que denigra cuanto quiere, pero sin atreverse a decírselo en su rostro y en similar medida, envidia las relaciones mediáticas y diplomáticas del “Camaján Elizardo”, a quien apuñala por la espalda aunque utiliza su casa como guarida cuando viaja a la Capital de todos los cubanos.
De Guillermo Fariñas ha dicho las cosas más horripilantes, pese a que oficialmente lo adula porque sabe que este peje lo rebasa en eso de hipocresía y zancadillas inesperadas entre compinches de jerga.
A la iglesia católica la considera irresponsablemente una entidad oportunista y simuladora, que se apropia de los méritos y aportes ajenos. Vive convencido de que los 75 presos de la ¿¡Primavera Negra!? fueron excarcelados gracias a sus denuncias y sus esfuerzos.
Por fortuna, su hermano Luis Enrique Ferrer es quien mejor lo describe: “José Daniel Ferrer es un paranoico que gusta de pavonearse y lardear en presencia del puñado de infelices que los rodea”.
Cuba por Siempre 