Hay tres razones principales por las cuales Vladímir Putin «se ríe de un EE.UU. impotente», sostiene Eamonn Fingleton, columnista de la revista ‘Forbes’. Según él, ni siquiera la cumbre de la OTAN en Gales podrá cambiar algo para Washington.
Tecnologías
En su momento, EE.UU. lideraba el mercado de nuevas tecnologías, pero ahora todo es diferente. El problema es que cuando hay mucha producción, tampoco hay muchas tecnologías de producción, subraya el analista y puntualiza que hoy en día los que necesitan altas tecnologías se ven obligados a dirigirse a otros destinos, sobre todo a Alemania y Japón.
Finanzas
Después de la II Guerra Mundial, EE.UU. fue el mayor exportador de capitales en el mundo y los países que necesitaban una financiación externa buscaban la benevolencia de Washington, explica Fingleton. Hoy en día EE.UU. se convirtió en un importador de capitales con una enorme deuda.
«Una de las sanciones más publicitadas de la Administración de Obama contra Rusia fue negar a muchas de las principales corporaciones rusas el acceso a los mercados del capital estadounidense. (…) Es casi tan efectivo como negar a un residente de la selva amazónica el acceso a los recursos acuáticos del desierto del Sahara (…). El año pasado Rusia exportó 75.000 millones de dólares del capital y una gran parte de este monto fue inversión en los bonos del Tesoro de EE.UU., mientras que la importación total neta del capital estadounidense llegó a 361.000 millones de dólares. Es EE.UU. el que necesita al capital ruso, no al revés», comenta el columnista.
Comercio
En su época, EE.UU. defendía sus mercados y las naciones extranjeras competían para obtener el privilegio del acceso a estos mercados. Ahora ya no es así, subraya Fingleton. Washington se unió a la Organización Mundial del Comercio y cedió unilateralmente la influencia que gozaba en las relaciones comerciales.
(Tomado de Rusia Today)