Por Arthur González
Para cualquier cubano o norteamericano que le predijeran el futuro de Miami, ninguno podría imaginar que en esa ciudad, buena parte poblada desde el 1ro de enero de 1959 por asesinos, ladrones y testaferros del régimen del dictador Fulgencio Batista, podría llevarse a cabo una manifestación pública a favor de la libertad de Cinco cubanos condenados por luchar en contra del terrorismo generado por los grupos mafiosos anticubanos.Así acaba de ocurrir en la llamada Ciudad del Sol, algo que ni las predicciones del afamado astrólogo Walter Mercado podrían asegurarlo.
El 7 de septiembre una caravana de más de 24 autos se desplazó durante horas a lo largo de sus avenidas y calles, en reclamo de la liberación de tres de los Cinco cubanos que fueron juzgados de forma mañosa en el año 1995, en violación de todos los cánones de la juridisprudencia norteamericana, por el solo hecho de penetrar las organizaciones terroristas de la Florida que han ejecutado cientos de actos para causar muerte y destrucción tanto en Cuba, Estados Unidos como en otras capitales de América Latina y Europa.
Al caso de los Cinco le impusieron el sello de “espionaje”, a pesar de que en la Corte de Miami no se pudo probar; incluso las declaraciones de varios funcionarios gubernamentales y militares norteamericanos fueron tajantes: no hubo ninguna acción cometida por los Cinco acusados que pusieran en peligro la Seguridad Nacional de Estados Unidos.
El juicio fue manipulado políticamente y mientras a los Cinco luchadores en contra del terrorismo se les condenaba con penas inverosímiles y sin precedentes, los terroristas anticubanos se pasean libremente por las calles, e incluso residen en la propia ciudad de Miami.
No es secreto que Luís Posada Carriles, autor de la explosión del avión de Cubana de Aviación, causante de la muerte de 73 personas inocentes en el año 1976, y de las bombas de C-4 que causaron la muerte de un turista italiano, varios heridos y daños de consideración en los principales hoteles de La Habana y otros centros de recreación, vive placidamente en Miami, protegido por los congresistas de origen cubano Ileana Ros-Lehtinen, Mario y Lincoln Díaz-Balart, Albio Sires, y los senadores Bob Menéndez y Marco Rubio.
Posterior al 11 de septiembre de 1973, los terroristas anticubanos de Miami se integraron a la llamada “Operación Cóndo
r” y colaboraron en acciones contra los opositores al régimen militar chileno de Augusto Pinochet, tanto en territorio de Estados Unidos, Italia, Francia, Alemania, México y Costa Rica. En Estados Unidos participaron en el asesinato del ex ministro de la Unidad Popular, Orlando Letelier y su secretaria norteamericana Ronny K. Moffit y disfrutan de plena libertad en Miami.
En Estados Unidos la organización terrorista anticubana “Omega-7”, entre 1974 y 1983 consumó 67 actos de terror, la casi totalidad de ellos con explosivos dentro de territorio norteamericano y en Puerto Rico.
De esas acciones criminales 36 fueron ejecutadas contra representaciones de Cuba, en una de ellas fue asesinado un funcionario diplomático y otros tres resultaron heridos; además ejecutaron 28 atentados terroristas contra la Misión diplomática de Cuba ante la ONU. En Sudamérica perpetraron 65 hechos terroristas contra empresas comerciales, barcos cubanos y misiones diplomáticas.
Organizaciones anticubanas como “Alfa 66” y la “Fundación Nacional Cubano Americana”, participaron en múltiples actos criminales sin ser molestadas por las autoridades federales. Todos los actores viven, o vivieron hasta su muerte natural, en Estados Unidos; incluso el FBI tiene pleno conocimiento de causa de la naturaleza criminal de los mismos, pero no actúa.
Cientos de planes de asesinato a Fidel Castro Ruz, fueron confeccionados por la CIA con la ejecutoría de cubanos residentes en Miami. como son Luís Posada Carriles, Félix Ismael Rodríguez Mendigutía, Roberto Martín Pérez Rodríguez, Gaspar Eugenio Jiménez Escobedo, Luís Orlando Rodríguez, Francisco José Hernández Calvo, Guillermo Novo Sampoll y Pedro Crispín Remón Rodríguez. Ninguno fue juzgado ni condenado.
Por esos motivos, conocer que cubanos residentes en la ciudad de Miami hayan tenido el valor de salir en caravana para exigirle al Presidente Barack Obama, que ponga en libertad a esos cubanos antiterroristas, no caben dudas para asegurar que lo ocurrido es parte de la metamorfosis que está sufriendo la ciudad de Miami, ante el cambio generacional y las causas que provocan desde hace décadas, las oleadas de cubanos que salen de la Isla en busca de trabajo y no “huyendo” del comunismo, como quieren hacerle ver al mundo los mafiosos anticubanos.
Ante tal acto de valentía y solidaridad no queda otra cosa que decir junto a ellos, ¡Obama give five!
(Tomado de El Heraldo Cubano)l
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