¿Algún ser humano con valores éticos y morales puede asegurar que el presidente estadounidense Barack Obama, tiene algo de democrático?
Para aquellos que creen en la democracia del Presidente, solo basta recordarle las acciones de Guerra Económicas que ha reforzado contra Cuba, como castigo por no doblegarse y rendirse a los pies de Estados Unidos.Desde que asumió su cargo se ha convertido en el mandatario yanqui que más ha perseguido las transacciones financieras de los bancos extranjeros con los cuales Cuba tiene relaciones, con el objetivo de estrangular su economía, crear desaliento y desencanto entre su pueblo.
Estos propósitos no fueron ideados por Obama, llevan 55 años en ejecución pero él se ha encargado de intensificar las medidas para hacerlos más severos.
Cuando venció a los candidatos presidenciales del partido republicano, hubo quienes ilusamente se esperanzaron en que cambiaría la obtusa e ineficaz política hacia Cuba, pero la primera señal de que estaban equivocados la dio el mismo Obama, al telefonear a la representante republicana y fundadora de la mafia terrorista anticubana Ileana Ros-Lehtinen, pidiéndole trabajar juntos contra el gobierno cubano.
Fue ahí donde el Presidente recibió la primera humillación de esta impetuosa defensora de la Guerra Económica contra Cuba, cuando ella le colgó dos veces el teléfono, pensando que era una broma de algún desvariado.
Ahora, dándole continuidad a su criminal política contra el pueblo cubano, Obama acaba de remitirle un memorando al secretario de Estado, John Kerry, y al del Tesoro, Jack Lew, anunciándoles su decisión de extender por un año más la “Ley contra el Comercio con el Enemigo” aplicada desde 1962 a la República de Cuba, por considerar que “es en interés de Estados Unidos”.
La llamada “Ley contra el Comercio con el Enemigo”, se aprobó ante la entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial, prohibiendo que las empresas estadounidenses comerciaran con países considerados hostiles.
Esa misma Ley fue utilizada por la CIA cuando propuso el conocido Proyecto Cuba o Plan Mangosta, aprobado por el presidente demócrata John F. Kennedy, el 18 de enero de 1962, para imponer la Guerra Económica contra Cuba, aunque insisten en declarar públicamente que es un “embargo”.
El Plan Magosta está desclasificado y publicado por el Departamento de Estado en el Foreign Relation, Volumen X. Cuba, 1961-1962, páginas 710-718, donde se expone textualmente:
“La sublevación necesita un movimiento de acción política fuertemente motivado y arraigado en Cuba, capaz de generar la rebelión […] La acción política será apoyada por una Guerra Económica que induzca al régimen comunista a fracasar en su esfuerzo por satisfacer las necesidades del país, las operaciones psicológicas acrecentarán el resentimiento de la población contra el régimen, y las de tipo militar darán al movimiento popular un arma de acción para el sabotaje y la resistencia armada en apoyo a los objetivos políticos”.
En otro de sus acápites esclarece aún más sus propósitos:
F- Acciones diplomáticas
“Situación: El Departamento de Estado está concentrando sus esfuerzos en la Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores de la OEA, la cual comenzará el 22 de enero 1962, esperando obtener amplio respaldo del Hemisferio Occidental para las resoluciones de la OEA que condenen a Cuba y la aíslen del resto del Hemisferio. Se está considerando una resolución solidaria, mediante la cual OEA ofrezca alivio directo al angustiado pueblo cubano (similar a la de EE.UU. para Rusia, de 1919-20), como un medio para lograr la simpatía del pueblo cubano sin tener que reconocer al gobierno comunista. La reunión de la OEA será apoyada por demostraciones públicas en América Latina, generadas por la CIA y las campañas psicológicas asistidas por USIA.
La mayor tarea para nuestra hábil diplomacia es alentar a los líderes latinoamericanos a desarrollar operaciones independientes similares a este Proyecto, buscando una rebelión interna del pueblo cubano contra el régimen comunista. Esto aún no ha sido iniciado por el Departamento de Estado y tiene que ser impulsado vigorosamente”.
No hay la menor duda de lo que pretende Estados Unidos con estas acciones. Mediante las penurias causadas en la población de la Isla, provocar la sublevación contra el gobierno; para lograrlo crearon, financian y entrenan a los grupúsculos contrarrevolucionarios.
Mientras tanto Obama pasará a la historia como el Presidente que más medidas aprobó inútilmente para alcanzar los postulados planteado el 6 de abril de 1960, por el entonces Subsecretario de Estado para Asuntos Iberoamericanos de los EE.UU. Lester D. Mallory, cuando en un memorando a su jefe expresó:
…“Negarle dinero y suministros a Cuba para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.
Si estas medidas convierten a un ser humano en democrático, es preferible ser cualquier otra cosa, con tal de hacer el bien a los demás y repartir los panes y los peces entre los pobres, tal y como hizo Jesús.
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