El tema migratorio es recurrente en un mundo de crisis económicas, guerras imperialistas y la aspiración de muchos por encontrar mejores oportunidades laborales. No obstante, la estrella del filme es la Revolución cubana, con el marcado propósito de desprestigiarla y trasladar una imagen deformada de su realidad.
Las acciones planificadas por el Gobierno norteamericano y la CIA, para lograr el “desencanto y el desaliento” de los cubanos ni se mencionan, es como si la guerra sucia y abierta de Estados Unidos contra el primer país socialista de Latinoamérica no existiera y que el diseño de la poderosa Guerra Económica fuese un invento de Walt Disney.
Los propios politólogos yanquis del Council for Foreign Relation expresaron en 1999 que: “La oposición de Estados Unidos a la Revolución cubana y el apoyo a la democracia y al desarrollo en este hemisferio, lograron frustrar las ambiciones cubanas de expandir su modelo económico e influencia política”.
Lamentablemente tampoco se reconoce la manipulación política de la emigración cubana y como es la única en el mundo que recibe los beneficios del Gobierno yanqui desde 1959, para sembrar en la conciencia de todos los ciudadanos de este mundo, la imagen de que los cubanos “huyen del comunismo”.
Quizás Padura y Cantet desconozcan que en diciembre de 1960 el presidente Eisenhower, el mismo que diseñó la invasión mercenaria por Bahía de Cochinos, aprobó el “Centro de emergencia de Refugiados cubanos en Miami”, dando inicio a la categoría de “refugiados” a los que arribaban a los Estados Unidos, entre ellos los principales asesinos y testaferros del tirano Fulgencio Batista.
Menos aun deben saber que el presidente John F. Kennedy, creó en 1961 el “Programa de Refugiados Cubanos” (Cuban Refugee Program), destinado a facilitar la entrada de cubanos y la ayuda financiera que se les da desde ese entonces, para mantener la visión de que se “fugan” de un país comunista.
La emigración es un tema que afecta a las familias cubanas, pero lo es más a las mexicanas, guatemaltecas, salvadoreñas, dominicanas, hondureñas y haitianas, pero de estas no se puede hablar porque las causas no están relacionadas con el sistema socialista, sino con el capitalista que no les ha podido resolver los graves problemas de trabajo, salud, educación, seguridad social, discriminación, drogas y prostitución.
Esas generaciones perdidas de niños y adolescentes latinos, que se ven obligados a emigrar sin sus padres en busca de alimentación, no son temas que le interesen a Padura, al final no son vendibles en el mercado de Miami o en Madrid y nadie se atrevería a realizar un filme, pues tampoco sería premiado.
Lo que busca la película es precisamente trasladar la imagen de “la desilusión de toda una generación de cubanos educados en la Revolución”, lo que fue afirmado por Laurent Cantet en Venecia a un grupo de periodistas, al expresar que: “el centro de la trama toca el punto donde la gente joven que creyó en la Revolución, trabajó para ser parte de ella pero al llegar la edad en la que podían implicarse, se encontraron con que la URSS desapareció y Cuba entró en crisis”.
Que nadie lo dude, contra Cuba persiste la guerra mediática.
Fuente El Heraldo Cubano