Por Arthur González
El diario “The New York Times” publicó un tercer editorial donde reitera sus consideraciones sobre la añeja y gastada política de Estados Unidos contra Cuba, en el cual deja al descubierto la intolerante posición del cada vez más pequeño grupo de anticubanos que se oponen a la normalización de relaciones bilaterales.Cada día se evidencian más los intereses personales de la mafia anticubana de Miami, dirigida por “la padilla de los cuatro”, integrada por los senadores Robert Menéndez y Marco Rubio; además de los congresistas Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart.
La defensa a ultranza que llevan a cabo estos cuatro personajes al Bloqueo económico, comercial y financiero que desde 1962 aplica Estados Unidos contra Cuba, no está basada en sentimientos de dolor ante la pérdida de grandes propiedades como centrales azucareros, bancos, empresas de seguros, emisoras de radio y televisión, inmobiliarias o grandes extensiones de tierras.
Datos disponibles en los censos de propietarios cubanos antes de 1959, confirman que ninguno de ellos ni su familia, figuraban entre la élite acaudalada de la Isla, pero los dos congresistas considerados como los voceros de esa mafia, son hijos de testaferros y esbirros del dictador Fulgencio Batista Zaldivar, el mismo que asesinó, torturó y robó cientos de millones al pueblo cubano.
Para tener una idea de lo que defiende “la pandilla de los cuatro”, basta recordar que Batista Zaldivar nació en el pueblo de Banes en la antigua provincia de Oriente, de padre desconocido y madre muy humilde, y solo alcanzó un nivel escolar primario y de taquigrafía, que le permitió ingresar como soldado en el ejército. En el año 1933 participó en un golpe de Estado y fue ascendido a Coronel, hasta llegar a ser presidente de la República tras otro golpe de Estado en 1952, asignándose los grados de Mayor General.
El humilde campesino, padrino del ex congresista Lincoln Díaz Balart, terminó siendo propietario de: nueve centrales azucareros, un banco, tres aerolíneas, una papelera, una fábrica de gas manufacturado, varias emisoras de radio y una televisora, un fábrica de materiales de la construcción, infinidad de bienes inmuebles, hoteles, cientos de acciones, terrenos, urbanizaciones y grandes extensiones de tierras agrícolas, todo lo que conformaba un capital personal de más de trescientos de millones de dólares.
Siempre fue apoyado por los diferentes gobiernos de Estados Unidos, abriéndole las puertas del país a los empresarios norteamericanos, motivo por el cual nunca fue acusado de violar los derechos civiles y humanos del pueblo de Cuba.
En su más reciente editorial NYT reconoce que “solo un pequeño grupo dentro de la clase política de Estados Unidos sigue opuesto frontalmente a un acercamiento con La Habana”.
Con objetividad el Comité Editorial firma: “Cualquier giro significativo en política exterior respecto a Cuba sería riesgoso”; haciendo referencia a la reacción adversa que mostraría la mafia terrorista anticubana, esa misma que protege en Miami al asesino Luís Posada Carriles, participante de la voladura en pleno vuelo de un avión civil cubano con 73 personas abordo y de las bombas que estallaron en varios hoteles de La Habana, causante de la muerte de un turista italiano y múltiples heridos.
Bien saben los periodistas que miembros de esa mafia anticubana participaron en el asesinato del Presidente John F. Kennedy, y no dudarían en hacerlo contra el actual presidente Barack Obama, y aunque los tiempos son otros sus integrantes siguen vivos y actúan de la misma forma; demostrado hace poco en atentados terroristas contra oficinas en Miami de vuelos charters a Cuba.
Es por eso que aseguran en editorial: “…para aquellos que no quieren abandonar el bloqueo económico, comercial y financiero, el tema es “visceralmente personal”, ya que evoca sentimientos de patria y pérdida…”
Pero se equivocan al endilgarles el concepto de Patria. Robert Menéndez y Marco Rubio, no son oriundos de Cuba, sus padres salieron de la isla huyendo del tirano Batista y para Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart el tema se ha convertido en venganza personal para saldar la derrota sufrida por el dictador ante el ejército victorioso de Fidel Castro, lo que provocó la estampida de él y sus más cercanos seguidores, entre ellos sus padres.
El 28 de octubre, 188 naciones volvieron a votar contra el criminal y cruel Bloqueo, durante la Asamblea General de la ONU que analizó la demanda cubana. Solo Israel y Estados Unidos votaron a favor de mantenerlo.
Cada día crece el número de norteamericanos que repudian la política contra Cuba y reconocen que es hora de ponerle fin, evidenciando que “la pandilla de los cuatro” va quedándose aislada.
Todo a su tiempo, y como dijera José Martí:
“..Las luchas cansan menos cuando la corona la victoria”.
http://heraldocubano.wordpress.com/2014/11/01/el-descalabro-de-la-politica-anticubana/