El charquito de la contrarrevolución está revuelto. Los esfuerzos de la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA) para “unir a la contra” dentro de Cuba no sólo han sido infructuosos… y tortuosos, sino que ahora tendrá que redoblarlos para “unir a la contra” en el exterior y reconciliarla con la de la isla. Y todo se lo deben a su discípula y cabecilla del grupito contrarrevolucionario Damas de Blanco, Berta Soler.
El caso, es que continúan las intrigas y los escándalos protagonizados por ella. Según se puede leer en la red en varios medios de la comparsa mediática contra Cuba, Berta no sólo es responsable de enemistar a las Damas de Blanco dentro de Cuba, ahora también es responsable por amplificar las diferencias de estas con sus cómplices de la ultra de Miami.
Resulta que esta señora que vocifera ser defensora de la Democracia y los Derechos Humanos ha evidenciado ser una dictadora. En los últimos meses se ha incrementado dramáticamente el número de integrantes del grupo que le retiran su apoyo dentro y fuera del país por la forma arbitraria en que son dirigidas y por la corrupción, el nepotismo y el autoritarismo de su jefa.
El escándalo más reciente, me refiero al acto de repudio instigado por ella contra una de las integrantes del grupo por atreverse a manifestar una opinión diferente a la suya ha sacado a la palestra pública su carácter despótico y opresor. El hecho, donde poco falto para irse a las manos, motivó la solicitud de su renuncia y la realización de elecciones desde el exterior. En respuesta, Berta asumió una actitud desafiante revelando se trata de una persona que sólo piensa en aferrarse a su posición que le permita seguir disfrutando de privilegios, incluido frecuentes giras internacionales, respecto a las restantes integrantes, que no dudo que las halla mejor capacitadas intelectualmente y que ven en este momento una posibilidad de desplazarla mediante “elecciones”, las cuales nunca se han celebrado y Berta mantiene prohibidas.
Nada, su comportamiento provocador es lo que obtuvo la Fundación por costear los viajes, la participación en eventos y las campañas mediáticas, entre otras cosas, a lo peor de la chusma mercenaria. Finalmente el amo puede contraer la rabia cuando el perro rabioso le muerde la mano.
Tomado de La Santa Mambisa