Esos que se las dan de democráticos, luchadores por los derechos humanos y libres de toda atadura, caen por su propio peso como manzanas podridas.
Hace algunos años el ex congresista Lincoln Díaz-Balart, se vio obligado a renunciar a su escaño ante un escándalo por manejos turbios con el Medicare. Ahora le sigue los pasos el senador Bob Menéndez, ambos voces primas de la mafia terrorista anticubana que logró ascender en la esfera política gracias a los programas del presidente Ronald Reagan, cuando sus asesores diseñaron el Proyecto Democracia en 1980.Los que hoy ocupan asientos en la cámara baja y el senado, eran los únicos que hablaban sobre Cuba, tema no prioritario en el Congreso y durante años tuvieron la primicia para acusar y relatar invenciones sobre la supuesta realidad en isla, que la vida se encargó de demostrar su falsedad.
Ahora le llegó el turno al senador Bob Menéndez, para demostrar que los cargos de corrupción que pesan sobre su persona no son ciertos, aunque todas las evidencias demuestran su culpabilidad.
Menéndez ha sido acusado formalmente por el Departamento de Justicia de Estados Unidos por el uso de su posición para ayudar a su amigo y donante financiero de sus campañas, el acaudalado oculista del condado Palm Beach, Salomón Melgen, a cambio de “regalos”, por lo que el secretario de Justicia, Eric Holder, firmó una requisición de los fiscales para proceder con los cargos.
Desde hace dos años, oficiales del FBI y fiscales de la sección de Integridad Pública del Departamento de Justicia, dan seguimiento a un conjunto de acusaciones contra Menéndez, quien para manipular y desviar la atención sobre el tema, ha llegado a calificar las acusaciones como una “campaña de desprestigio” contra él, nada menos que diseñada por Cuba.
Acostumbrados a culpar a La Habana de todo cuanto sus mentes enfermas le permiten, ahora la responsabilidad de aceptar regalos seguramente la tiene Cuba.
Está comprobado que el Dr. Melgen es un dadivoso donante de viajes y fondos para las campañas electorales de Menéndez y la investigación federal se inició a partir de denuncias de que el afamado oculista facturó al Medicare millones de dólares en exceso, desde su consultorio, caso que lleva dos años de proceso investigativo por un gran jurado federal en West Palm Beach.
La investigación arrojó que el senador Menéndez, a partir de su cargo como Senador, hizo gestiones para tratar de resolver la difícil controversia del oculista con el programa de Medicare.
Además acompañó a su amigo en varios viajes a la República Dominicana en el avión privado del médico, alojándose en el 2010 en su mansión situada en la zona turística, Casa de Campo, sin reportar esos regalos.
Se afirma que durante su estancia en esa isla, Menéndez se “distrajo” con varias prostitutas y al ser descubierto acusó al gobierno de Cuba de prepararle una “trampa”, de lo que pudo salir al “retractarse” las jóvenes de las declaraciones primarias sobre sus favores al Senador.
La cosa empeoró cuando Menéndez envió discretamente un cheque personal para reembolsar a Melgen por los viajes no reportados, situación que no detuvo la investigación federal y lo puso en evidencias de que realmente no lo había reportado antes premeditadamente.
El problema se presenta bien difícil para el mafioso anticubano, pues está probado que en el 2009 y de nuevo en el 2012, se quejó personalmente con altos funcionarios de Salud y Servicios Humanos de Medicare, que era injusto penalizar a su amigo el oculista porque las reglas de facturación por administrar un fármaco denominado Lucentis, fueran ambiguas.
Se sabe que el Dr. Melgen facturó 9 millones de dólares a Medicare por dicho medicamento, empleado para tratar la degeneración macular “húmeda”.
Para complicar más la situación del Senador, el FBI comprobó que en el 2014 Melgen invirtió en varios negocios, aparte de su consulta médica, y solicitó la ayuda de Menéndez para desempolvar un contrato de seguridad de puertos, en República Dominicana.
¿Cómo explicará ahora el Senador de sus gestiones personales con el Departamento de Estado, para que retomara ese acuerdo multimillonario que estaba paralizado y beneficiaría a su amigo por ser accionista de la compañía que tenía la inversión en el puerto de Santo Domingo?
Nada en ese mundo se hace de gratis y menos por amor al arte; informes oficiales indican que Salomón Melgen donó más de 700 mil dólares en el 2012 para la campaña de reelección de Menéndez, y de otros demócratas en el Senado.
La situación se torna compleja para el miembro de la mafia anticubana que fue electo a pesar de este proceso, para presidir la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado el pasado mes de febrero.
Este proceder es típico de los mafiosos y ahora tendrá que recordar muchos favores brindados si quiere salir ileso de la voluminosa acusación en que se encuentra implicado, lo que demuestra la verdadera naturaleza de los anticubanos.
Tomado del Heraldo Cubano
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