La organización juvenil cubana. #Cuba #PensandoAmericas

Por Israel Valdés Rodríguez*

 La Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR), fue la primera agrupación unitaria de la juventud cubana, que surgió como frente único juvenil y se desarrolló en la medida en que avanzaba y se profundizaba la Revolución y devino como indiscutible vanguardia de las nuevas generaciones.

Como señaló Fidel en el II Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), la AJR se constituyó por inspiración del Che. Existe un primer documento, fechado el 30 de agosto de 1959, donde aparecen las primeras ideas para crear una organización integrada por jóvenes de 13 a 18 años y que se denominaría Asociación de Jóvenes Rebeldes. Consta que fue elaborado en las oficinas del Departamento de Instrucción del Ejercito Rebelde, que entonces dirigía el Comandante Ernesto Che Guevara.

Para hacer realidad la idea, se le asignó la encomienda al entonces comandante Joel Iglesias Leyva, el más joven oficial con tal grado en el Ejército Rebelde, al capitán Fernando Ravelo y al soldado José R. Calderón.

La iniciativa consistía en integrar a la Revolución a los muchachos de uno y otro sexo que no trabajaban ni estudiaban, aunque ya en el Reglamento Provisional, con fecha 9 de diciembre de 1959, se acotaba que podrían pertenecer a la AJR los jóvenes de cualquier sexo, origen social, religión e ideología que apoyaran el programa de la Revolución Cubana.

Siete días más tarde, en una carta enviada a las direcciones de cultura del Ejercito Rebelde de todo el país, se proclama la AJR como organización recién creada y además, se anuncia su constitución en las distintas provincias donde están localizados los departamentos de Instrucción del Ejército Rebelde.

En la descripción periodística acerca del acto por el natalicio de Martí, celebrado el 28 de enero de 1960, en el Capitolio Nacional, junto con una versión del discurso del Che se informa que la AJR ya contaba en esos momentos con más de siete mil miembros. En esa primera actividad pública de la Asociación, el Guerrillero Heroico presenta a Joel Iglesias Leyva como su dirigente nacional.

La primera gran tarea que Fidel y la Revolución asignaron a la AJR fue la creación de las Brigadas Juveniles de Trabajo Revolucionario (BJTR). Con la aparición de estas nuevas entidades se pretendía encaminar a una gran masa de adolescentes y jóvenes, procedentes de las capas más humildes del pueblo, que se mantenían en las calles sin trabajar ni estudiar. Los jóvenes se establecieron en campamentos ubicados en la Sierra Maestra, donde vivían en condiciones de campaña, recibían preparación cultural, política y militar, además de realizar tareas de reforestación de la zona y trabajar en la construcción de casas y escuelas. La prueba de fuego era subir cinco veces el Pico Turquino, actividad que se convirtió en una tradición y un verdadero reto para la juventud cubana de la época. Los que lograban tal hazaña eran bautizados como “cinco picos”. Luego, de acuerdo con la actitud demostrada y el nivel escolar alcanzado, continuaban sus estudios en diferentes carreras o se integraban a las escuelas militares.

Para las muchachas se creó el Centro Educacional de Industria y Artesanía Clodomira, que el pueblo conoció por sus siglas: Cediyac. Adolescentes de 13 a 17 años cursaron allí las enseñanzas primaria y secundaria, y aprendieron algún oficio útil para salir adelante.

Representantes de la AJR formaron parte del Comité Nacional Preparatorio del Primer Congreso Latinoamericano de Juventudes (CLAJ), que sesionó en La Habana del 28 de julio al 6 de agosto de 1960 e integraron la delegación cubana al evento, junto con otras organizaciones juveniles de aquellos años.

Cada vez se hacía más imperiosa la necesidad de unir a todo el movimiento juvenil revolucionario cubano para defender la Revolución y hacerla avanzar y con ese proyecto revolucionario comenzó, el 21 de octubre de 1960, en el Teatro Payret de La Habana, la Primera Plenaria Nacional de la Asociación de Jóvenes Rebeldes.

A ese evento asistieron 244 delegados efectivos, 44 “delegados espectadores” (invitados nacionales) y 14 foráneos. Entre la concurrencia predominaban los estudiantes (88) y los obreros (86). En cuanto al promedio de edades, el grupo comprendido entre las edades de 15 y 19 años fue abrumadoramente mayoritario (139).

Después de la inauguración y de la colocación de una ofrenda floral al Apóstol en el Parque Central, se iniciaron en la tarde del 21 de octubre de 1960 las sesiones de trabajo. En la noche, los delegados disfrutaron en la Sala Covarrubias, del Teatro Nacional, una puesta en escena de Yerma, obra de Federico García Lorca.

Importantes acuerdos se adoptaron en la Plenaria. Se cambiaba el carácter y contenido de trabajo de la AJR ya que, como se planteó, se estaba transformando en una agrupación de la juventud cubana que realizaba todas las funciones de la Revolución (el límite de edad se extendía ahora hasta 25), ya fuera en el centro de trabajo o de estudio. Se patentizó igualmente la decisión de los Jóvenes Rebeldes de afiliarse a la Federación Mundial de Juventudes Democráticas, por ser esta organización de jóvenes la que en el plano internacional recoge en su programa las aspiraciones de la juventud revolucionaria de Cuba.

En la Primera Plenaria Nacional de los Jóvenes Rebeldes también se aprobó la idea de crear una organización única para los niños cubanos. Las Patrullas Juveniles, hasta entonces dependientes de la División Juvenil del Ejército Rebelde, pasaron a ser dirigidas por la AJR. Ellas serían la génesis de la Unión de Pioneros de Cuba.

Con la integración y unidad del movimiento juvenil cubano, la AJR se convirtió en la organización movilizadora de los jóvenes para las grandes tareas del momento: el trabajo voluntario, la incorporación a los estudios técnicos y la defensa frente a las agresiones contrarrevolucionarias, entre otras actividades. Estas proyecciones constituyeron el derrotero fundamental de la labor de educación política e ideológica de toda esa masa juvenil de heterogénea formación que constituyó su membrecía, con el objetivo de ser cada día más útil en la nueva Cuba que Fidel estaba forjando.

La consolidación de la BJTR en los centros de trabajo y la creación de las Brigadas Estudiantiles de Trabajo Revolucionario (BETR) en los planteles estudiantiles fueron algunas de las tareas de primer orden. En los centros docentes comenzaron las captaciones para las brigadas de alfabetizadores Conrado Benítez, devenida fuerza imprescindible en la gloriosa campaña de llevar por llanos y montañas la luz de la enseñanza.

No se descuidó la defensa de la Patria y al llamado de Fidel muchos jóvenes rebeldes acudieron a la convocatoria para estudiar aviación, ya que las Fuerzas Armadas Rebeldes estaban urgidas de pilotos. En la batalla de Playa Girón, el papel de la juventud cubana fue muy relevante, la mayoría de los combatientes menores de 25 años eran miembros de la AJR.

Del 30 de marzo al 4 de abril de 1962 sesionó el Primer Congreso de la Asociación de Jóvenes Rebeldes, que como agrupación unitaria de la juventud cubana se había ido desarrollando en la medida en que avanzaba y se profundizaba la Revolución, y era ya la indiscutible vanguardia entre las más nuevas generaciones de obreros, estudiantes y campesinos. Pero se avecinaban etapas superiores con otros contenidos de trabajo.

En la jornada de clausura del Congreso efectuada el 4 de abril de 1962, Fidel propuso, y los delegados acordaron por unanimidad, adoptar el nombre de Unión de Jóvenes Comunistas y se definió como una organización marxista – leninista, estableciéndose orgánica e ideológicamente su carácter. Fueron aprobados los primeros estatutos de la organización juvenil. No constituyó un mero formalismo este cambio de denominación, como se aclaró entonces y se ha reiterado en la práctica a lo largo de los años, sino la expresión de la voluntad de la juventud cubana de construir el socialismo a solo 90 millas del imperialismo, voluntad que se mantiene hoy y que se patentiza en cada nuevo congreso de la UJC.

La UJC es orgánicamente independiente del Partido Comunista de Cuba, tiene como misión central y más importante la incorporación de los jóvenes y los niños, mediante la Organización de Pioneros “José Martí”, a las tareas de la Revolución, contribuyendo decisivamente en la formación integral de éstos y en la preparación para su ingreso al Partido.

Esta organización juvenil celebrará su X Congreso los días 18 y 19 de julio del presente año. En su convocatoria los jóvenes comunistas se proponen convertir el magno evento en un escenario para discutir y analizar con transparencia y valentía el papel que les ha tocado desempeñar en esta coyuntura histórica; luchar contra toda manifestación negativa que los debilite, contra lo banal y lo corrupto, lo que los fraccione o desmovilice; cerrar filas para evitar las grietas donde pretendan introducirse y ocupar espacios los simuladores, oportunistas, falsos revolucionarios y traidores. A nuestros jóvenes les sobran razones para luchar y vencer.

* (San Antonio de los Baños, 1952) profesor e historiador, miembro del secretariado permanente de la Unión de Historiadores  de Cuba.

 

 

 

 

 

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