Unión de Historiadores de #Cuba, componente de la Sociedad Civil. #NuestraAmericaIndependiente

Por: Dr Roberto Pérez Rivero.*

El advenimiento de la VII Cumbre de las Américas, y con ella la realización de los foros paralelos, ha reavivado el debate teórico en torno al tema Sociedad Civil. No me propongo incorporarme a ese intercambio académico, aparecido desde finales del siglo xx; mi intención es otra… Aunque para expresarme parto de una noción general del asunto. Sin llegar a una conceptualización, he percibido que las diferentes posiciones sobre lo qué es y el lugar que ocupa la sociedad civil, se puede resumir en pocas palabras.

En la medida en que los individuos y la sociedad se articulan y organizan para participar con protagonismo en la construcción de un estadio social superior, en el que los intereses individuales y colectivos se complementan; la sociedad civil se desarrolla. También he apreciado, que en cuanto al rol que desempaña la sociedad civil están los estudiosos que la consideran contraparte de los Estados y los que la conciben como complementos de ellos.

Así, en la práctica política están los que la usan para oponerse a los Estados o sistemas políticos que no se ajustan a los intereses de los grupos hegemónicos de poder; y, los que la consideran garante y legitimación del poder de todo un pueblo.

En el primer bando, está el Gobierno de los Estados Unidos; que para ser más preciso, en su proyección hacia Cuba, más que usar la sociedad civil cubana –porque no puede- para contraponerse al Estado socialista; trata de construir “otra” con ese fin. Y, para ser más exacto todavía, realmente no la construye, la compra. Millones de dólares son destinados para financiar pocos grupúsculos, con exigua membresía. Algunos de esos mercenarios han sido llevados a Panamá.

En el otro bando, está el Gobierno de Cuba, y más que eso la Revolución cubana, que no usa una sociedad civil, sino que ésta es resultado de la Revolución misma. Los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), al asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) y otras tantas organizaciones y asociaciones, son miles, surgieron como necesidad del pueblo para defender su Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes. Ninguno de los millones de cubanas y cubanos que militan en esas asociaciones recibe un centavo por ello.

En representación de la Unión de Historiadores de Cuba, tuve la oportunidad de participar en el Foro de la Sociedad Civil Cubana “Pensando Américas”, en el que 170 organizaciones de muy variadas designaciones consensuaron los puntos de vista que la Sociedad Civil Cubana Revolucionaria llevaría a la cumbre. En esa cita, en los medios de prensa e informativos cubanos, y ya en los reportes que se hacen desde tierras istmeñas, he presenciado con admiración y respeto como esta sociedad civil con los apellidos Cubana y Revolucionaria, con pasión y suficientes evidencias salvaguarda el proyecto socialista que se edifica hace más de 56 años.

He escuchado o leído a blogueros, cristianos, tearistas, campesinos, cuentapropistas, historiadores, pedagogos, médicos, estudiantes de diversos niveles de enseñanza, deportistas, periodistas, víctimas del terrorismo, y otros muchos representantes de la sociedad cubana; expresar con rigor y muchos argumentos las razones por las que Cuba lucha y vencerá.

Hoy, en la mañana, en un reporte televisivo, atendía a las palabras del destacado atleta cubano Alberto Juantorena, él decía que “el mejor argumento somos nosotros mismos”, refiriéndose a los atletas del deporte revolucionario cubano que asisten a la Cumbre. Es cierto, el mejor argumento es esa combativa delegación que representa a millones de cubanos, la mejor demostración somos todos nosotros. Y el que quiera que compare, que contraponga a esta Sociedad Civil Cubana Revolucionaria con la que los enemigos de Cuba tratan de montar a base de dinero.

Compárese; por ejemplo, causas de su surgimiento y desarrollo, designación y membresía y se sabrá con facilidad cuál es la verdadera sociedad civil en la isla.

Aunque, como la mayoría de los cubanos, milito en varias organizaciones; para demostrar lo que asevero, pondré un ejemplo, el de la Unión de Historiadores de Cuba (Unhic).

Esta asociación nació el 7 de diciembre de 1981, es una organi­zación científica de carácter nacional que agru­pa en su seno, con carácter voluntario, a los trabajadores intelectua­les que desarrollan sus actividades en el campo profesional de la Historia. Sus filas están engrosadas por cerca de 5 000 asociados de todo el país.

En sus Estatutos se plantea que la Unión reconoce la responsabilidad social de las ciencias históricas y, en consecuencia, se considera parte indisoluble de la sociedad revolucionaria cubana y aspira a consolidar la unidad de todos sus asociados en torno a los principios de la Revolución. Por tanto, proclama su adhesión a los principios de la democracia socialista y, en consecuencia, defiende el derecho a la palabra, la investigación, la crítica, la autocrítica, la participación y el debate franco y constructivo, dentro y con la Revolución.

La Unión representa los intereses profesionales de todos sus asociados y de cada uno de ellos. Investigadores, profesores, archiveros, arqueólogos, bibliotecarios, museólogos, comunicadores, periodistas, y muchos otros profesionales de especialidades variadas encausan, con auxilio de la Unión, sus inquietudes y ocupaciones relacionadas con la historia de Cuba y la historia en general.

El trabajo de la Unhic en todas las provincias del país está en el momento y el nivel que lo ha caracterizado históricamente. He dicho muchas veces que el principal bastión de la organización son sus filiales provinciales. La instancia nacional la representa ante el Estado y sus instituciones, orienta, controla, da curso a procesos, coordina y encausa diversos asuntos de interés para todas las filiales y hace otras gestiones de planificación, por citar algunas de sus funciones; pero, donde se realiza el trabajo de historia en toda su magnitud, donde se llega con el conocimiento histórico a las escuelas, barrios, municipios y todos los lugares necesarios, donde se combate para que un sitio histórico no se abandone, y se hacen muchísimas actividades de todo tipo, es en las provincias.

Puedo asegurar que en cada una de ellas, y en el Municipio Especial Isla de la Juventud donde también existe una filial con ese rango, la labor de la Unhic está bien estructurada y organizada; y saben y pueden trabajar con creatividad e independencia. La carencia de recursos, a veces severa, e incluso la ausencia de sedes en varias de ellas; no impide su buen desempeño.

Las filiales provinciales participan con protagonismo en la vida social, cultural y política de sus territorios y con el auxilio del Partido, gobiernos provinciales y direcciones provinciales de cultura y de educación, y otras instituciones y organizaciones desarrollan actividades científicas, de superación, divulgación del conocimiento histórico, de defensa del patrimonio, de estimulación a historiadores destacados y otras de variada índole.

Y algo muy importante en todo ello, y relacionado con lo que expresaba al inicio de este texto; es que todo ese trabajo se hace por amor a la historia, a Cuba y a su Revolución. El dinero, nunca ha sido, ni podría serlo, motivación para el trabajo de los asociados de la Unhic.

De este modo, como se declaró en el VII Congreso de la Unión, realizado en abril de 2013, los historiadores ratificamos nuestro compromiso con la Revolución, y nuestra voluntad de darle continuidad desde la cultura, y con nuestros conocimientos y obras; siempre al servicio del pueblo y, en especial, de las nuevas generaciones. Sabemos, que desarrollamos nuestro trabajo en un momento crucial de nuestra historia, el pueblo cubano se ocupa sin descanso en la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido; y de los objetivos de trabajo aprobados en su Primera Conferencia Nacional; y a la vez enfrenta el recrudecimiento de la agresividad del imperialismo norteamericano contra su Revolución, en la que ahora concentra los esfuerzos principales en la subversión política e ideológica y en el uso de las sutiles armas de la guerra no convencional; aún cuando se han realizado históricas y trascendentales conversaciones entre los gobiernos de ambos países, conducentes a la normalización de las relaciones diplomáticas.

Una de las mejores maneras de asumir ese desafío es lograr que la ciencia histórica cubana de respuesta a los muchos problemas actuales y futuros que implica el desarrollo de una sociedad próspera y sostenible.

En este escenario, la fidelidad a las mejores tradiciones historiográficas cubanas, heredadas de los más insignes predecesores, con su calidad profesional y patriótica; será guía para la acción. Apoyados en el razonamiento, elementos probatorios y métodos adecuados de exposición y debate, no transigiremos en el empeño de proseguir generalizando la práctica antiimperialista de nuestra historia; nuestras tradiciones culturales; el conocimiento de la continuidad histórica del proceso revolucionario cubano; lo que ha significado la unidad o la falta de ella en esa historia de luchas por la independencia, la soberanía y la justicia social; así como profundizar en la conciencia de los peligros que han amenazado y amenazan a estas conquistas.

Durante el año 2014, y en lo que va del presente, la Unión de Historiadores de Cuba ha desarrollado un intenso trabajo para avanzar lo más posible en el cumplimiento de los acuerdos de sus dos últimos congresos, el VII Congreso (Orgánico), y el XXI Congreso Nacional de Historia (Científico) desarrollado este último en el 2014, en la ciudad de Camagüey.

Los avances en los sistemas estructurales, funcionales y de control interno de la organización a nivel nacional y en sus filiales provinciales son notables.

Se han ampliado las relaciones de trabajo y cooperación con otras instituciones y organizaciones en el país. Se han mantenido comunicaciones frecuentes y estables con la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana; se ha participado en los foros de la Sociedad Civil Cubana y la Asociación Cubana de las Naciones Unidas; se desarrollaron encuentros de concertación y trabajo con la Academia de la Historia de Cuba, la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado, la Sección de Literatura Histórica y Social de la UNEAC, y el Instituto de Historia de Cuba. Se realizaron acciones para cumplir lo acordado en el convenio de trabajo con el Ministerio de Educación, y se firmó convenio con el Archivo Nacional de la República de Cuba. Se ha participado en el trabajo del Consejo Nacional de Monumentos.

Del mismo modo, se han estrechado las relaciones de trabajo con la Sociedad Cultural José Martí, el Movimiento Juvenil Martiano, el Club Herencia Rebelde, la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, y otras organizaciones.

La XXI cita científica, fue la principal tarea del año que finalizó, su programa científico incluyó la impartición de conferencias dictadas por Premios Nacionales de Historia y otras personalidades; entre ellas, causó destacado impacto la dedicada al desmontaje de la historia y a cómo enfrentarlo. Las ponencias debatidas versaron sobre los temas convocados: Asentamientos poblacionales en Cuba e Ibero América. Historia e Historiografía en torno a los primeros asentamientos y villas. Conservación de su patrimonio; Nacionalismo, antiimperialismo y socialismo en nuestra historia; Esclavitud, racismo, racialidad e integración nacional. Historia y actualidad del tema; y, la Revolución Cubana. Historia e Historiografía.

Este año 2014, se celebró el acto nacional por el Día del Historiador en la provincia de Holguín, con la presencia de las máximas autoridades de la provincia, el Secretariado Nacional de la Unhic, numeroso grupo de historiadores holguineros y algunos representantes de otras provincias (Santiago de Cuba, Granma, Las Tunas) y otros invitados. El Presidente del Instituto de Historia de Cuba y el Director de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado asistieron a la ceremonia y otras actividades conmemorativas. El Primer Secretario del PCC en el territorio, el compañero Luís Torres Iribar elogió el trabajo de los historiadores holguineros; y ofreció apoyo total para preparar el XXII Congreso Nacional de Historia en el año 2016.

Con relación a cuestiones vinculadas a la socialización y divulgación del conocimiento histórico y el trabajo de la organización, se ha instado a trabajar para trazar estrategias para la divulgación de convocatorias a eventos y otras actividades de la Unhic. Nació el Boletín Informativo de la Unhic, y se trabaja para alcanzar que vea la luz el primer número de la revista cubana de historia, El Historiador.

Finalmente, en el mes de febrero de 2015, en la XXIV Feria Internacional de Libro de La Habana se entregaron el Premio Nacional de Historia y los premios de la crítica histórica 2014. Todavía, en provincias del centro y oriente cubano la Unhic participa activamente en las ediciones provinciales de la Feria del Libro.

En lo que resta del año 2015, los retos no serán menores. Importantes conmemoraciones como el bicentenario del natalito de Mariana Grajales Coello, el 120 Aniversario de la Guerra del 95 y la caída en combate de José Martí, y el 90 aniversario del Primer Partido Comunista de Cuba; entre otras, serán jalones motivacionales para diversas actividades y tareas que se desarrollarán.

Una tarea principal será la realización del Coloquio Internacional de Historia. Por primera vez, la Unión de Historiadores de Cuba convoca a un evento internacional de gran envergadura, que tendrá como objetivo promover el intercambio y debate de los resultados de investigaciones en el orden histórico y teórico metodológico entre especialistas de Cuba y el mundo.

Igualmente, será trascendente la preparación del XXII Congreso Nacional de Historia. Como parte de las actividades por el 55 aniversario de la victoria de Playa Girón y el noventa cumpleaños del Comandante en Jefe Fidel Castro, la Unión de Historiadores de Cuba con el coauspicio del Ministerio de Cultura y su red de instituciones, la Academia de la Historia de Cuba, el Instituto de Historia de Cuba, la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado, la Sección de Literatura Histórica y Social de la UNEAC y el Centro de Estudios Martianos; y con el respaldo de las autoridades políticas y gubernamentales de la provincia sede, Holguín, convocó al XXII Congreso Nacional de Historia, bajo el lema “Independencia nacional, antiimperialismo y Revolución socialista en Cuba ”. El evento tendrá lugar los días 24 y 25 de abril de 2016; pero, en el segundo semestre del año 2015 se realizarán los congresos provinciales, eslabón principal de este magno evento científico.

Hasta el mes de mayo de 2015, permanecerá abierta la convocatoria al Concurso Nacional “Gloria García in memóriam”, 2015, con el propósito de estimular el desarrollo de las ciencias históricas en nuestro país a través de la presentación de monografías como resultado de la investigación histórica.

La Unhic se regocijó con el regreso a la patria de los héroes antiterroristas cubanos Gerardo, Ramón, y Antonio. Durante los 16 años de condena y encierro de los Cinco Héroes cubanos, la Unión de Historiadores de Cuba respaldó la lucha por su regreso a la patria. En el VI Congreso de la organización, junio de 2007, ellos fueron considerados Delegados de Honor, y en la más reciente cita, el VII Congreso, el 16 de abril del 2013, se aprobó la declaración “La Causa de los Cinco para los Historiadores Cubanos”. Los Cinco volvieron; pero, como señaló el general de ejército Raúl Castro Ruz en la clausura del Cuarto Período Ordinario de Sesiones de la Octava Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, los desafíos continúan. Los historiadores cubanos hacen suyas sus reflexiones, las respaldan; y como en la batalla por el regreso de los héroes a Cuba, estarán en el primer escalón de combate.

Ahora, la organización se siente partícipe de lo que Cuba defiende en la Cumbre de Panamá, y respalda plenamente al pueblo de Venezuela ante la agresión del Presidente Obama y su Gobierno.

La historia ha sido y es consustancial al ser cubano, y más, a la propia nación; y ha asumido por derecho propio el rol de escudo de la patria. La señalada “utilidad” de la historia, en la actual hora de Cuba se acrecienta.

A esa designación, la Unión de Historiadores de Cuba se entrega con todas sus fuerzas y capacidades, como uno más de los componentes de la Sociedad Civil Cubana Revolucionaria.

* Presidente de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (UNHIC)

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