Santiago de Cuba
La segunda ciudad más grande de Cuba se enorgullece justificadamente de sus héroes, sus bellas plazas y su vibrante tradición musical. Su proximidad con Jamaica y otras islas tropicales ha dotado a la ciudad de un espíritu caribeño distintivo que se aprecia en su arte y arquitectura, se escucha en su música y se disfruta en sus celebraciones–incluyendo el Festival del Caribe o Fiesta del Fuego y el famoso Carnaval.
La ciudad hace gala de una ecléctica variedad de influencias arquitectónicas, desde el imponente Castillo del Morro (declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) hasta las exquisitas casas coloniales del Parque Céspedes en el Centro Histórico, y la gloriosa Basílica de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, el sitio de peregrinaje más sagrado de Cuba.
Al este de Santiago se encuentra la Reserva de la Biosfera Baconao reconocida por la UNESCO, con sus plantaciones de café; mientras las altas cumbres de la Sierra Maestra se elevan al oeste.
El romper de las olas a lo largo de la costa montañosa de la región constituye un espectacular paseo para disfrutar en automóvil. Bajo el agua, los amantes del buceo con tanque de oxígeno o con snorkel, son atraídos por los vestigios de naufragios que reposan en los fondos marinos.