Por Arthur González -El Heraldo Cubano-
Tal parece que los funcionarios de Estados Unidos se creen que solo ellos pueden pensar y el resto de mundo vive en ignorancia total.
Lo hicieron durante siglos en América Latina, donde usurparon territorios y adquirieron riquezas a bajo costo, pero los tiempos cambiaron.
Hoy los latinoamericanos tienen más nivel político gracias a los movimientos sociales llevados a cabo por dirigentes con ideas de izquierda, motivo por el cual han tratado de eliminarlos físicamente o derrocados mediante golpes militares. Los ejemplos son conocidos. Contra Cuba el capítulo es extenso porque se enfrentó sin miedo al poder yanqui, a pesar de las consecuencias que esa posición le trajo, entre ellas la aplicación del bloqueo económico más largo y feroz de la historia.
Sin resignarse a tener un vecino tan cercano con una forma de pensar diferente, Estados Unidos hizo lo humano y lo divino por derrocar a la Revolución cubana, a través de Programas de Acciones Encubiertas diseñadas por la CIA, en los que el terrorismo de Estado, el asesinato de sus principales líderes y la guerra biológica jugaron papeles destacados, con el fin de lograr el desencanto y el desaliento de la población, reforzado por campañas sicológicas.
56 años después de iniciada sus acciones subversivas, el presidente Barack Obama decidió cambiar la táctica de su fracasada política, enfocando su nueva línea hacia la juventud, con la esperanza de que los jóvenes insatisfechos logren dar al traste con el sistema socialista, para lo cual recientemente aprobaron varios programas de preparación.
El pasado mes de abril la organización World Learning Inc., con sede en Washington, lanzó convocatoria de un “Programa de Liderazgo de Verano” para jóvenes cubanos de 16 a 18 años, durante cuatro semanas en Estados Unidos.
El interés es crear líderes comunitarios capaces de atraer a sus amigos, compañeros de escuela y vecinos para conformar una “oposición” al gobierno que puede acelerar la deseada “transición” hacia el capitalismo.
Según noticias brindadas por Martinoticias.com, el pasado 23 de junio 2015, el Departamento de Estado estadounidense anunció otro programa para la formación de liderazgo y creación de Organizaciones No Gubernamentales en Cuba, para al menos 15 cubanos, quienes cursarían estudios en universidades de Estados Unidos.
El presupuesto asignado es de 1.5 millones de dólares y pretende capacitar a los cubanos para puedan “determinar libremente” su propio futuro, establecer, administrar y crear “organizaciones independientes” dentro de la isla, así como promover la participación de la comunidad y ampliar las redes de la sociedad civil en Cuba.
Esto solo tiene un nombre, subversión política total para derrocar el sistema socialista cubano, proceso político inaceptable para Estados Unidos desde 1959, a pesar de pregonar la libertad de pensamiento.
¿Cómo reaccionaría el Departamento de Estado si universidades cubanas iniciaran un programa de estudios de derechos civiles para jóvenes estadounidenses negros y pobres, que sufren a diario los embates de una sociedad desigual y excluyente?
De inmediato acusarían a Cuba de exportar la Revolución y las amenazas estarían a la orden del día.
No hay dudas en la actuación del gobierno de Obama, continuarán trabajando igual que hasta la fecha, con la ventaja que ahora podrán hacerlo como más especialistas y oficiales CIA, bajo la cobertura de ser “diplomáticos”.
Ese filme ya fue visto después que en 1977 el presidente James Carter autorizó la apertura de Secciones de Intereses. Trascurrido los primeros 10 años de su funcionamiento, Cuba denunció en la TV las actividades de espionaje que sus “diplomáticos” realizaban.
Para lograr sus anhelados sueños de ver a la isla de vuelta al capitalismo bajo la protección del águila imperial, hay mucho dinero, igual que lo hubo para acabar con el socialismo en Europa, lo que demuestra una vez más que ese sistema no se cayó solo, lo empujaron, algo que parece ser lo mismo pero no es igual.
La diferencia es que Cuba no logró salir del yugo imperial con la ayuda de los tanques del ejército rojo; lo hizo con todo un pueblo unido cansado del capitalismo que solo dejó como saldo 20 mil muertos, 200 mil familias campesinas sin un metro de tierra donde sembrar, un solo hospital rural con 10 camas, donde no más del 8 % de la población campesina recibía atención médica gratuita.
La esperanza de vida al nacer de los cubanos hasta 1958, apenas llegaba a los 58 años, la mortalidad infantil superaba los 60 niños por cada mil nacidos vivos, solo el 51,5 % de la población en edad activa tenía trabajo, había más de un millón de analfabetos y cerca de medio millón de niños no tenían escuelas.
Ante esos “bondadosos” planes para liquidar a la Revolución vale recordar lo que dijo José Martí: “La mala voluntad es un áspid inmenso de mil colas…”