Un mensaje a García y la historia mal contada. (II) #Cuba #USA

Coyuntura histórica en que se produce la travesía del mensajero.

Por Israel Valdés Rodríguez*

Rowan salió de Washington el 9 de abril 1898 rumbo a Kingston, Jamaica. Antes había sostenido una entrevista con Tomás Estrada Palma con indicaciones precisas para la delegación del PRC en Jamaica y prepararan minuciosamente el viaje a Cuba. Se presume que la travesía de Washington a Jamaica la realizó en una embarcación norteamericana y sin correr riesgo alguno. Recordemos que por ese entonces ya la flota naval norteamericana deambulaba por estos mares acechando a la flota española, con el fin de bloquear a Santiago de Cuba.

También, por esta fecha, se estaban realizando gestiones “muy discretas” por parte del gobierno norteamericano para declararle la guerra a España. Un dato muy puntual al respecto es que el cónsul general de los Estados Unidos en Cuba, el general Fitzhugh Lee (convertido en un verdadero estratega del espionaje norteamericano) viaja a su país para recibir instrucciones. Por la parte cubana, el señor Tomás Estrada Palma coqueteaba con personajes importantes de la cúpula gobernante estadounidense con marcadas pretensiones anexionistas.

El 11 de abril el presidente de los Estados Unidos, William Mc Kinley, solicita autorización al Congreso para intervenir en la guerra entre Cuba y España. El día 13 accede la Cámara norteamericana a la solicitud de Mc Kinley, pero sin tener en cuenta el reconocimiento del gobierno cubano. El 19 de abril el Congreso de los Estados Unidos aprueba la célebre Resolución Conjunta y al siguiente día es sancionada por el Ejecutivo norteamericano, convirtiéndose de hecho en un ultimátum para España, razón por la cual se declara el Estado de Guerra y son suspendidas las relaciones diplomáticas entre ambas naciones. A partir de este momento la marina de guerra española se vio obligada a reconcentrarse en Santiago de Cuba y dejó abandonada la vigilancia de la costa sur, por temor a ser atacada por la Escuadra del Almirante William Thomas Sampson, que por aquellos días habían comenzado a bloquear la costa sur de Cuba.

 ¿Cual era la situación de los insurrectos en estos momentos?

Acá en Cuba, en la región oriental, el desarrollo de la guerra se inclinaba vertiginosamente a favor de las fuerzas insurrectas. Por orden del general Calixto García, las fuerzas de Bayamo hostigaban día y noche a las posiciones enemigas. El 23 de abril el enemigo desguarneció Jiguaní, tras un fuerte acoso del coronel José Reyes. A su vez, el coronel Carlos García Vélez tiroteaba a Bayamo. Al siguiente día, la guarnición local, bajo la jefatura del general español Marina, evacuó sus tropas hacia Cauto Embarcadero. El día 28 el general Calixto García atacó Bayamo desde El Padrón. La resistencia fue escasa y el enemigo abandonó la ciudad. A las 11 de la mañana, Bayamo fue liberada y los mambises entraron y ocuparon todo este territorio. Todo este ambiente o escenario histórico en que se desarrollaron los hechos favorecieron positivamente para que el “Mensaje a García” llegara a su destino sin muchos percances u obstáculos.

Mientras eso ocurría, Rowan y sus acompañantes salieron de la costa norte de Jamaica, a las 11 p.m. del 23 de abril de 1898. A la mañana siguiente, ya divisaban los picos de la Sierra Maestra. En vez de seguir el rumbo acostumbrado hacia la Ensenada de Mora o la del Portillo, y sin duda, para más seguridad de no llamar la atención de ningún cañonero español se dirigieron hacia la ingente mole del Turquino, que se destacaba entre las demás alturas de la cordillera; y desembarcaron en una playa desierta, próxima a su base, la de Bella Pluma, en las cercanías del pueblecito de “El Dean”.

La zona que tenían que atravesar “el mensajero” y el grupo de cubanos que lo acompañaban, era absolutamente montañosa, desprovista de pobladores; una zona no accesible al enemigo, solamente franqueable por los mambises que utilizaban estos caminos o parajes para buscar sal en la costa. Los cubanos que componían la comitiva si conocían estos lugares, pues los recorrían con frecuencia.

Al desembarcar hubo que abrirse camino a machete limpio por la tupida maleza y en busca de alguna tropa mambisa, para que los guiara hasta el campamento del general Calixto García, pues se carecía de información actualizada y precisa de su paradero. En todo este primer trayecto Rowan permaneció callado, pues el idioma representaba una barrera en la comunicación con sus acompañantes, aunque en realidad nunca mostró interés en establecer dialogo alguno. Cada cierto tiempo los expedicionarios hacían paradas obligadas en el trayecto, sobre todo, para que el norteamericano descansara, pues no estaba entrenado para hacer largas caminatas, todo lo contrario a sus acompañantes que si estaban habituados a las rudezas y complejidades de estos trajines. No obstante, según el testimonio de los mambises protagonistas de este hecho histórico, Rowan manifestó signos de cansancio, pero en ningún momento flaqueó.

En la tarde del 27 de abril, pernoctaron en el campamento mambí de “El Jíbaro” y al siguiente día continuaron la marcha, pero esta vez montados en cabalgaduras mambisas y guiados por el teniente de caballería Eugenio Leopoldo Fernández Barrot, ayudante del general Salvador Hernández Ríos. Barrot si conocía perfectamente el idioma inglés y de inmediato entabló conversación con el oficial norteamericano, quien se identificó y se limitó a informar: “Mi, desea ver general García. Mi, tener mensaje general García.”

Por fin, arriban al campamento del general Salvador Hernández Ríos, que a la sazón tenía establecido su cuartel general en El Chino, sobre el camino de Vicana a Bayamo, en las estribaciones norte de la Sierra Maestra. Aquí, el general trató también de obtener alguna información ampliada sobre la misión del norteamericano, pero el “terco extranjero” se mantuvo hermético. Al atardecer del día 30, acamparon cerca de Buey Arriba, a orillas del río Yao. El 1ro de mayo llegan a Bayamo, al Cuartel General del heroico general Calixto García; la ciudad se encontraba de fiestas a causa de su reciente liberación por la fuerzas revolucionarias.

Este día se produce la histórica entrevista entre el visitante y Calixto García y asistieron como testigos excepcionales los coroneles Tomás Collazo Tejada y Carlos (Charles) Hernández Sandrino, así como el teniente coronel Eduardo Salazar Álvarez.

A las 4 de la tarde del mismo día salió del campamento una comisión encabezada por el general Enrique Collazo Tejada (hermano de Tomás) e integradas por el coronel Charles Hernández y el teniente coronel y doctor Gonzálo García Vieta, para que acompañaran a Rowan de regreso a su país y se presentaran ante el Secretario de la Guerra norteamericano. Enrique Collazo era portador de un documento para Mister Alger y donde Calixto García lo nombraba como su representante en las conversaciones entre ambos mandos militares.

En la noche del día 5 se embarcaron en un pequeño bote en dirección a Nassau, pero antes, debido a la estrechez de la embarcación, García Vieta se quedó en tierra. En el próximo capítulo revelaremos los nombres y detalles sobre los protagonistas de la travesía Jamaica-Cuba y Cuba-Nassau, que acompañaron a Rowan en el “Mensaje a García”.

Continuará

* (San Antonio de los Baños, 1952) profesor e historiador, miembro del secretariado permanente de la Unión de Historiadores  de Cuba.

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