#Venezuela: ¿guerra perdida? #Cuba #NuevaAsamblea #Tropa

CNE venezuelaPor: Marcos Torres. /Las Torres de Marcos

¿Golpe a la izquierda? Sí. Por supuesto. Pero repito lo que dije cuando ganara Macri en Argentina, hace apenas unos días: perder elecciones no es para nada perder convicciones y, sacando de todo análisis el derrotismo y la impaciencia, expongo mis reflexiones (como siempre digo: estrictamente personales) al respecto.

Una fuerte crítica a los mismos militantes del PSUV y a todos los sectores revolucionarios venezolanos realizó Maduro en el día de ayer, al relatar, evidentemente angustiado, que al salir de la urna donde votara, cientos de personas en las calles le manifestaban su “apoyo incondicional” al “proyecto y revolución bolivarianas”, pero al preguntar si ya habían votado la respuesta era: “todavía”, muestra de la inconsistencia política de varios grupos sociales en Venezuela, aún los que se dicen revolucionarios, y todo esto a consecuencia de las decenas de años (antes de Chávez) de defraudación democrática que sufriera el pueblo venezolano y que han fructificado en esta reciente derrota del proyecto social más humano de la América Latina de estos tiempos.

A esto han contribuido grandemente los medios de comunicación masiva al servicio de la oligarquía quiénes se han encargado de “ningunear” y manipular vilmente al pueblo, escondiéndoles las verdades de sus males. Interesante cuestión retórica, por cierto, llevada a la práctica, si tenemos en cuenta que los sectores e individuos dueños de estos medios de comunicación masiva son los mismos que, desde las sombras y apoyados por “entes” ajenos a toda noción de lo que es realmente Venezuela, le hacen la guerra económica al “chavismo”, subiendo los precios y desabasteciendo los mercados de su propiedad para contrabandear esos mismos productos y luego achacarle estas derrotas a la revolución bolivariana. El problema está en que, como reza un viejo refrán en mi Cuba bella, “el que empuja, no se da golpes”.

Pero hay algo de cierto en todo lo que se dice: la falta de mano dura, la falta de la necesaria radicalización del proyecto bolivariano, también han contribuido a esto. Baste con decir que en Venezuela son pocos los medios en poder del Estado. El resto, está en poder del sector privado (lea más en) con más del 80 % de las estaciones de TV. Entonces: ¿qué vas a esperar en la TV cuando hasta los comentaristas deportivos en los juegos de baseball llaman al abstencionismo masivo? ¿Qué puedes esperar cuando, entre programas, en la propaganda política a parece una madre venezolana joven abriendo la llave del agua en la cocina y no sale nada, cuando abre el refrigerador y está vacío, cuando después va al baño y se encuentra que no tiene papel higiénico, cuándo después viene su hijito pequeño y le pide leche y no tiene? ¿Qué vas a esperar si cuando termina el cuadro anterior, pintado de la manera más cruel aparece un líder de la oposición venezolana diciendo que si quieres que todo eso regrese, tienes que votar por él en el próximo 6D? ¿Cómo luchar contra esto si se tiene sólo el 20 % del espacio radioeléctrico en poder del estado? Señores, está claro que “la pelea es de león pa’ mono, y el mono amarra’o”.

La culpa de lo anterior no es de Chávez, ni del chavismo, ni de Maduro. No. La culpa se encuentra en los gobiernos entreguistas de Eleazar López Contreras (1936-1941) y Marcos Pérez Jiménez (1946-1958) los que otorgaron 27 permisos de radiodifusión sonora y cuatro de televisión a sectores privados, respectivamente, y de ahí en lo adelante el resto de los gobiernos “proimperialistas” también hicieron su parte. Pero la realidad es insoslayable: las autoridades gubernamentales venezolanas TIENEN que darle solución a este problema cardinal por una cuestión de mera subsistencia revolucionaria, no para emplear los mismos métodos mezquinos de la “oposición vendepatria”, sino para, de cierta manera, “evangelizar” el proyecto bolivariano en el ciudadano de a pie, que a la corta y a la larga, es el más expuesto a los embates de los medios de manipulación masiva, como ya se ha visto.

La tarea ahora es quizás más difícil que nunca. Gallardamente reconocida la derrota, no como muerte definitiva, sino como profunda herida necesaria, el PSUV debe no solo recuperar los espacios perdidos, sino ver en sí las causas reales del problema en todas sus dimensiones y aristas, y actuar en consecuencia con una solución coherente, convenciendo militante por militante, casa por casa, metro a metro, persona a persona. Y no se trata ahora de convencer “vocingleramente” o a base de consignas, sino convencer con hechos irrefutables, demostrando la inviabilidad del proyecto de oposición, que a la larga se va a enriquecer a costa de los mismos que los votaron.

A pesar de la desdicha, me reconforto a mi mismo y resumo con una frase de un patriota y poeta cubano nombrado Rubén Martínez Villena en uno de sus poemas, quién fuera uno de los militantes comunistas más grandes de la década del 30 del pasado siglo en Cuba y América Latina y concentra mi parecer al respecto sobre los últimos acontecimientos y lo que se nos viene encima a todos los revolucionarios latinoamericanos: “¿Y que hago yo aquí dónde no hay nada grande que hacer?”.

¡La guerra no está perdida! ¡¡¡Como dijera el gigante latinoamericano Ernesto “Ché” Guevara: sean realistas y hagan lo IMPOSIBLE!!!

 

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