Por Marcos Torres / Las Torres de Marcos
Hace ya 92 años y hoy está más cerca que nunca de nuestra realidad social, y no hablo sólo de la cubana sino de la toda la humanidad. Nunca antes fueron más ciertas sus palabras y enseñanzas.
La ideas de este magno hombre, seguidor indiscutible de la obra marxista, quién con sus aportes a la ciencia del conocimiento (gnoseológico y epistemológico), perduran a través de los tiempos, se plasmaron en la práctica revolucionaria que lo llevó a “darse” (¡gracias Cintio Vitier!) en el fragor de la lucha, más a su pueblo que a sí mismo.
Pero no se entienda a su pueblo como el terruño natal, sino a su clase: la obrera. Esa misma clase a la que dedicó su vida y obra, sufriendo y penando la cárcel y el exilio.
De joven, al ser expulsado y apresado por las fuerzas zaristas por sus actividades revolucionarias el oficial que lo arrestaba le espetó “¿Para qué alborota tanto, joven, si ante usted se alza un muro?”. El joven Lenin replicó: “Un muro. Sí, pero carcomido. Basta un empujón para que se derrumbe”. Así era de fuerte su espíritu.
Yo invitaría a la “oxiurera” a estudiar su obra y su vida, para que se acaben de dar cuenta de una buena vez, que en Cuba somos herederos no solo de su doctrina, sino también de su fuerza y de su inteligencia, que junto a la de Marx, la de Martí y finalmente la de nuestro querido Fidel, confluyen en una teoría liberadora y totalmente independiente que nos hace ser lo que somos: cubanos revolucionarios, dignos, indomables.
Fíjense si las ideas de Lenin han calado hondo en el mundo que recientemente tuve oportunidad de leer un artículo en el blog “Socialismo en la red”, bajo el titulo de “Rusia: el 58% de los Rusos quieren un Sistema basado en la Planificación y la Distribución Pública” donde se plantea basado en información de RIA – Novosti, con lujo de detalles como ha sido la correlación de fuerzas entre el capitalismo y socialismo en la Rusia de Putin, y que los rusos hoy añoran el socialismo soviético y lo quieren de vuelta.
También hace poco terminé de leer un libro genial y muy ilustrativo que sería bueno que todo revolucionario socialista en sus cabales debería leer (¡y hasta los oxiuros, escuálidos y vendepatrias, también! ¡A ver si de una buena vez dicen algo con fundamento!). Se llama “Socialismo Traicionado” del historiador Roger Keeran y el economista Thomas Kenny, y desentrañan la esencia de los problemas de la Rusia Soviética desde sus inicios hasta su fenecimiento, todo desde una óptica histórico – lógica y con un enfoque triunfalmente dialéctico y materialista.
En fin camaradas, que Lenin “el viejo”, como cariñosamente le llamaban sus acólitos en la juventud, camina entre nosotros con nuevos y esperanzadores bríos. Y a los que puedan “cacarear” las victorias de la derecha en América Latina, sólo les diré una cosa: la revolución rusa liderada por Lenin, pasó por tormentos peores, pero al final triunfo victoriosa. ¿Qué esta “Revolución de octubre” sucumbió. Sí. Negarlo es negarnos nosotros mismos. Pero nunca por causas inherentes al sistema socialista, sino a la traición del oportunismo. Aquel oportunismo de Bujarin al que Lenin se enfrentara resueltamente.
Contra esos “oportunismos” y otros de más baja calaña hemos de enfrentarnos en estos tiempos donde algunos claman por una socialdemocracia en Cuba.