Por Néstor García Iturbe
Evidentemente que el gobierno del Premio Nobel de la Paz está desactualizado en relación con Cuba, o será que los empleados de la recién abierta Embajada no informan adecuadamente a Washington, o que todo lo que dicen los llamados y subvencionados con fondos del presupuesto estadounidense, disidentes, se lo creen aunque sea lo más lejano a la realidad cubana.
En otros tiempos, donde Estados Unidos hacía y deshacía en Cuba y nos gobernaban a su antojo, podían decir que los comunistas se comían vivo a los niños, que los chinos eran un peligro para la democracia, que los campesinos cubanos vivían muy bien, que había escuelas para todos y siempre el gobierno aceptaba lo que ellos dijeran. Esos eran los tiempos del Bobo de la Yuca.
Con el triunfo de la Revolución, el Bobo de la Yuca fue languideciendo hasta que finalmente murió, como dicen ahora, de una larga y penosa enfermedad. El que subsistió fue su hijo, Elpidio Valdez, que tiene una óptica totalmente distinta sobre lo que nuestros ¿vecinos?, mejor decir enemigos, del Norte traman contra Cuba.
Considero que es mejor decir enemigos, pues el propio Obama nos dio esa calificación al incluirnos en la afectación de la Ley de Comercio con el Enemigo, que según muchos “entendidos”, le daría potestades para tomar medias en relación con el bloqueo a Cuba, las cuales todavía estamos esperando. Seguramente ustedes recordarán los artículos que se publicaron al respecto.
Cómo dentro de los requerimientos de Cuba (algunos no quieren que digamos requerimientos) está la eliminación de Radio y Televisión Martí, el gobierno de Estados Unidos, ha tenido la brillante idea de crear una institución privada que se encargue de estas emisoras, aunque estas continúen realizando las mismas funciones que realizan actualmente, y recibirán una subvención de la Junta de Gobernadores de Transmisiones (BBG), quizás la misma, o mayor que la que recibe ahora la Oficina de Transmisiones para Cuba (OCB).
Terminada esta metamorfosis, el gusano se convierte en mariposa y el gobierno de Estados Unidos, como Poncio Pilatos, se lava las manos y ya podemos continuar con el proceso de normalización de relaciones.
Siguiendo esta línea de pensamiento, el gobierno de Estados Unidos pudiera subvencionar a una empresa al estilo de Black Water para llevar a cabo actos terroristas en Cuba, matar a sus dirigentes, y hasta invadir el país.
En definitiva, es una empresa privada la que está realizando estas acciones, no el gobierno de Estados Unidos, por lo que todo eso no debe afectar el proceso de normalización entre los dos países.
Señores imperialistas, como dijimos al comenzar este artículo, el Bobo de la Yuca murió hace años y lo que él comía, al pueblo cubano no le gusta.
¡Por favor, tengan un poco de respeto por la inteligencia de los cubanos!
Tomado del blog Moncada