Mr. President en las subsiguientes líneas trataré de exponerle mis ideas sobre la recién concluida visita suya a mi país (Cuba) y, al mismo tiempo, aclararle algunos puntos de desencuentro entre Usted y yo, que, sin ser Pánfilo ni aspirar a su rating, me siento respaldado por millones de cubanos.
Para seguir el estilo del artículo anterior y evitar ‘repetirme’, enumeraré las ideas:
- Usted es una persona valiente, inteligente y domina el arte de la comunicación oral; es afroamericano (término racista) y su origen es de clase media, nada de lo cual, por sí solo, hace de EE.UU. el país de las oportunidades… quizá, si no hubiera omitido que su señora madre era funcionaria de la CIA y que Usted accedió al poder con la ‘venia’ del Club Bilderberg, habría dado más claridad a su ascensión al cargo de Mr. President.
- En su reunión con la verdadera sociedad civil cubana, a la que no le permitió preguntas, Usted inició su intervención pidiendo un minuto de silencio por las víctimas de los atentados terroristas en en aeropuerto y el metro de Bruselas… mi minuto de silencio por las víctimas de esos atentados… y por los palestinos, saharauis, yemenitas y de donde sean víctimas del terrorismo de Estado de los gobiernos de Israel, Marruecos, Arabia Saudita, por ese orden, todos amigos, aliados y socios del gobierno de EE.UU.
Ah! Mr. President, me sorprende su selectiva capacidad de capacidad de conmoción por víctimas en Europa y, al mismo tiempo, su silencio cómplice ante la libertad de que gozan, en EE.UU, connotados terroristas de origen cubano, entre ellos, Posada Carriles quien hizo estallar en pleno vuelo un avión con 76 personas a bordo… más víctimas que las de Bruselas.
- President , nosotros solo somos vecinos y americanos, aunque ustedes se hayan apropiado de ese término y nos guste más que nos reconozcan como latinoamericanos… pa’ separarnos de ustedes, por lo anterior debe quedarle claro que no somos amigos y mucho menos hermanos, podremos tener relaciones comerciales, ser socios o aliados en la batalla contra las enfermedades en cualquier rincón del mundo, si ustedes se nos unen, ya que marchamos a la vanguardia, pero pretender que nos puede tratar de amigo y hermano es una propuesta rayana con la locura o simplemente hipócrita.
- Su invitación a que nosotros debemos cambiar… todo lo que deba ser cambiado y sí se puede, me dejó el sabor de la rancia demagogia de ‘los mejores años de la guerra fría’ que Usted y su gobierno se apresuran a calentar… deje de apropiarse de las ideas ajenas para repetirlas como un cotorrón.
- Si de verdad Usted se creyó eso de que ‘debemos olvidar el pasado…’ puede ser una línea a seguir por el pueblo cubano o la idea es una recomendación de Ben Rhodes déjeme decirle que ambos impresionan más imbéciles que diez tontos tratando de chiflar y sacar la lengua a la misma vez…
Mr. President, el pasado es la historia, la historia no se puede olvidar porque sencillamente ella está plagada de las buenas y malas lecciones que han de seguir o evitar los pueblos, nuestro pasado está escrito con la sangre de decenas de miles de cubanos y eso Mr. President no podemos ni queremos olvidarlo.
Es una lástima que sus últimas palabras al pueblo cubano hayan sonado tan sosas y falsas.
23 de marzo de 2016.
*Editor de La Mala Palabra