Gerardo Medina no está en los cálculos de quienes apuestan porque el sector privado y cuentapropista cubano se convierta en el Caballo de Troya que logre lo que un bloqueo de medio siglo ha sido incapaz de alcanzar.
Pero Gerardo Medina existe y no está solo. Usted puede encontrarlo normalmente en el Centro Comercial La Caridad de Camagüey, donde se reúnen cerca de medio millar de trabajadores no estatales.
Pero en estos días representa a su provincia en el VII Congreso del Partido, y debate en comisiones junto a otros dos centenares de delegados el Plan de Desarrollo Económico y Social de Cuba hasta 2030.
Medina trabaja como productor y vendedor de calzado y es además secretario del núcleo del Partido en La Caridad. Una entre muchas historias similares a lo largo del país que pasan desapercibidas en los grandes medios de comunicación internacionales.
Y escuchando a Medina quizás no sea una casualidad.
“Sobre la apuesta del enemigo respecto al sector no estatal yo te diría que no tienen ni el mínimo chance aquí”, asegura a Granma tras compartir criterios similares en la Comisión.
“Nosotros nacimos de la Revolución, somos de la Revolución y hay un grupo de comunistas dentro de ese sector no estatal”, añade.
Esta variedad de formas de propiedad vino para quedarse, refiere. Las proyecciones hasta el 2030 apuntan a un crecimiento aún mayor del sector. “Cada día el sector no estatal va a darle más aportes a nuestra sociedad, a nuestro país, a nuestra juventud y a nuestro pueblo en general”.
Confía en que la mayoría de los trabajadores seguirá defendiendo el proceso revolucionario con las armas a su alcance: “los principios e ideales”.
Gerardo Medina no puede estar en los cálculos de quienes avizoranel fin de la Revolución, sencillamente porque es muy difícil apostar en contra de hombres como él.