Eduardo Galeano, ha sido, es y será uno de los más grandes escritores latinoamericanos de todos los tiempos. Entre las páginas de sus libros descubrimos de todo: desde política hasta guerras y arte culinario, pasando por idiosincrasias y saberes populares.
Entre los libros que más han calado en la memoria de este revolucionario, se encuentra, sin lugar a dudas “El libro de los abrazos”, a mi entender uno de los mejores libros escritos en lengua castellana de los últimos 50 años, y resume entre sus líneas el mundo todo, como si en este se fundiera la humanidad, y quedara al final, parido entre sus letras, un manual de valores universales a escala mundial. Genialidad concentrada que he leído cuatro veces y nunca deja de sorprenderme la vastedad de su elocuencia y las verdades, a veces crudas, de sus líneas.
Personalmente creo que cada revolucionario debería leerlo y consultarlo sistemáticamente, bajo la égida de que para hacer revolución, en cualquier parte, deben predicarse y practicarse los necesarios valores del ser humano. Ya lo dijo el Ché: “una obra de infinito amor”.
Comienzo de esta forma habida cuenta de que he tenido la oportunidad de leer un artículo en “Cartas desde Cuba” del periodista Fernando Ravsberg (compatriota de Galeano), bajo el título de “No hay acuerdo sobre el nuevo modelo cubano” (tomado de Público), donde de forma insidiosa se quiere hacer ver que según lo anunciado por Raúl en el “Informe Central” del Séptimo Congreso de mi Partido Comunista de Cuba, en lo relacionado a debatir la conceptualización de nuestro modelo económico y el plan de desarrollo hasta el 2030 en consulta popular posterior al cónclave, terminará sin consenso entre la población cubana, bajo el criterio de que (y cito): “recibió en la primera leída más de 600 solicitudes de rectificación”.
Me permito aclarar que esto no es otra cosa que el vivo testimonio de nuestra democracia partidista, algo a lo que evidentemente Ravsberg no está acostumbrado.
Continúa al artículo falazmente anunciando que: “El desacuerdo tiene que ver con (…) el lento avance del traspaso generacional, la existencia de un sector político temeroso de que los cambies desemboquen en el capitalismo y de un grupo de dirigentes empresariales que añoran un desenlace al estilo soviético que ponga en sus manos las empresas que hoy administran”.
¿De dónde habrán sacado este último dato del supuesto “grupo de dirigentes empresariales”? ¿A qué servicio de seguridad habrán acudido para obtenerlo? Hmmm… acá huele a… hmmm… a feo.
Tal parece que el pingüe negocio de la “mal-información” contra Cuba deja dividendos sustanciales a costillas de la mentalidad de unos pocos que se lo creen. No importa ya se cocinarán en su salsa.
Por lo pronto, le recomiendo a Ravsberg y a sus acólitos que se lean el libro que mencioné (y que vinculo en este artículo) y que busquen entre sus páginas la historia de un cacique del Chaco paraguayo que les responde a unos misioneros evangelizadores que predicaban la fe cristiana y le responde algo así: “Eso rasca. Y rasca mucho, y rasca muy bien. PERO RASCA DONDE NO PICA”.