José Daniel Ferrer García en la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA).20 de mayo de 2016
El pasado 2 de junio en su muro en la red social Facebook, el mercenario José Daniel Ferrer compartió una entrevista que le realizara el periodista Ernesto Londoño, quien escribe para el The New York Times. En dicha entrevista Ferrer García, ante una pregunta de Londoño sobre cómo se financia la mercenaria Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) organización que dirige, reconoce que la mayoría del financiamiento monetario y material les llega de las “dadivosas” manos de la terrorista y anticubana Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA); y sin pelos en la lengua añade que “están dispuestos a seguir recibiendo ayuda de cualquier país u organización que quiera contribuir al cambio de régimen en Cuba”. Yo les pregunto ¿cómo se denomina a la acción de recibir dinero de una potencia extranjera para intentar desestabilizar un país?
Aunque podría seguir mi escrito por esta dirección, no voy a referirme a ello, y sí a que Ferrer García necesita andar mendingando unos cuantos centavos en su recorrido por EEUU y Europa -y no duda que los reciba-para engordar su arca personal y así continuar manteniendo sus casas, sus autos (uno en Santiago de Cuba y el otro en La Habana) y los gustos de su noviecita, que por cierto, anda con él en el tour allende nuestras fronteras. Claro, el “contribuyente”, seguirá viviendo en la ilusión de que está cooperando con la “lucha pacífica” de la “organización más numerosa de Cuba” y yo me conduelo de ellos, porque el que vive de ilusiones…muere de desengaños.
Aquí les dejo las imágenes de las viviendas que pertenecen Ferrer García y que mantiene con el dinero de la FNCA:
Este la da lo mismo gastarse el billete en casa, en mujeres que en una bachata comiendo macho asado en una playa santiaguera, creo que eso es bueno, así hay menos dinero para pagar «activistas» y hay que pedirle más a los mentores de la otra orilla.
Coincidimos contigo Pepe más dinero para gozadera.
Esto parece un secreto a gritos, epro contra Cuba todo se vale hasta dilapidar el dinero del contribuyente norteamericano.
Este es de la estirpe del Fullero «vivir de eso chico»