Las escenas todavía frescas de cientos de cubanos que acampaban en parques de Ecuador y realizaron protestas y marchas en Quito para demandar visado o vuelos directos hasta Estados Unidos; o las que protagonizaron recientemente en Colombia y en Panamá, son parte de una crisis migratoria en la región, alentada en lo fundamental por las políticas de Washington hacia la isla desde hace más de 50 años.
Para el pensamiento común -acendrado por estos lares- «se trata de personas que huyen de la miseria del comunismo», o en todo caso de la dictadura socialista que les hace pasar hambre y les paga bajos salarios, aunque tengan gratis la salud y la educación, entre los derechos humanos básicos garantizados.
La evidencia pareciera flotar en el caso de los cubanos que se lanzan a la vera del camino en busca del “sueño americano”, pero la tesis se desmorona frente a los migrantes de otras naciones con sistema capitalista y que también usan esta ruta terrestre para alcanzar su objetivo de llegar a territorio estadounidense.
El analista cubano Iroel Sánchez señaló a Andes que “los emigrantes de otros países que no gozan de privilegios (como los migrantes cubanos) no son visibilizados por los medios de comunicación, que solo se ocupan de los cubanos diciendo que “huyen del comunismo”, y se pregunta «¿de cuál comunismo huyen los emigrantes mexicanos, centroamericanos y colombianos y de otras nacionalidades?, que a diferencia de los cubanos no son noticia”.
Por su parte, Gioconda Herrera, académica de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO, sede Ecuador), señaló a esta agencia que el flujo de tránsito por este país y por la región no es solo un tema que implica exclusivamente a la migración cubana, sino también a otros flujos. “Es una migración diversa, que implica la migración cubana, pero también la haitiana y de varios países del África y del Asia”, acotó.
En su opinión, esta migración continental está impulsada o atraídas -en el caso de la cubana- “en parte por las políticas de EE.UU. frente a la migración cubana”, pero consideró que esta migración en tránsito responde “a un fenómeno global económico, no solo político, sino de atracción de ciertos mercados de trabajo del Norte para las poblaciones desposeídas de los tres continentes: Asia, África y América del Sur”.
Esta situación, agudizada desde fines del año en varios países de la región, sentó en la mesa de conversaciones a los países del Sistema de Integración Centroamericano (SICA), más Ecuador, Colombia, México y Cuba para buscar una solución en previsión de una crisis humanitaria de grandes proporciones por la presencia en la zona de unos 8.000 cubanos desde fines del año pasado. Tras el encuentro se acordó que se dispusieran vuelos a México para facilitar el tránsito hasta las fronteras de Estados Unidos.
Cubanos, únicos privilegiados de la política migratoria estadounidense La catedrática Herrera opina que la emigración cubana evidentemente está marcada por la política migratoria de dos países en particular (Cuba y EE.UU) “y no se puede entender la presencia de los cubanos en varios países de América Latina si no entendemos el ir y venir de estas dos políticas de estos dos Estados en la región”.
Entre todos los migrantes que llegan a Estados Unidos, los cubanos son los únicos que se aventuran confiados de que ingresarán a ese país, cuyas políticas, programas y leyes los benefician exclusivamente a ellos. El resto de otras nacionalidades que buscan traspasar esas fronteras tiene que hacerlo a través del desierto y en condiciones infrahumanas, arriesgándose a la deportación.
Pero la más reciente ola migratoria desde Cuba, ahora por territorio continental, guarda relación, básicamente, con el hecho de que muchas personas creen que como parte del “deshielo” es posible se eliminaría la Ley de Ajuste Cubano (1966), que da acogida automática y privilegios únicos a cualquier emigrante cubano que llega a Estados Unidos.
A esto se suma la llamada política de “Pies secos, Pies mojados”, según la cual quienes son detectados en altamar en su intento por tocar suelo estadounidense, deben ser repatriados, mientras los que arriban a tierra, independientemente de los medios utilizados para ello, están en el derecho de ingresar a ese país y posteriormente pueden acogerse a la Ley de Ajuste Cubano.
En la actualidad Estados Unidos mantiene en vigor varios programas que alientan la evasión de cubanos hacia su territorio, como son el otorgamiento de visados de inmigrantes aplicables a los cubanos; el Programa de los Estados Unidos para Refugiados (United States Refugee Program); el Programa de Visados de Diversificación de Inmigrantes, conocido como “lotería internacional” (Diversity Lottery Visa Program); y el Familiares inmediatos de ciudadanos o residentes legales permanentes (Family-Sponsored Immigrants).
También el Programa de Reunificación Familiar de Cubanos Bajo Palabra (Cuban Family Reunification Parole) y el Programa de Profesionales Cubanos de la Medicina Bajo Palabra (Cuban Medical Professional Parole Program).
Rafael Dausá, quien antes de ser investido como embajador en Quito fue el titular de la Dirección de Asuntos Consulares y de Cubanos Residentes en el Exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, aseveró que esa postura de Washington de mantener esas políticas que estimulan la emigración resulta incongruente con el actual contexto bilateral entre ambos países pues impide avanzar en la normalización de las relaciones y “a la vez crea innumerables problemas a otros países de la región”.
En un comunicado oficial difundido en Quito el pasado 1 de julio, la embajada cubana señaló que estas políticas “permiten la admisión automática de los ciudadanos cubanos que logran arribar al territorio estadounidense por cualquier vía, incluso indocumentados, y les brindan facilidades exclusivas como la obtención de la residencia permanente al cabo de un año”.
Respecto al tema, el abogado de origen cubano José Pertierra, radicado en EE.UU, afirmó en una entrevista publicada en Cuba que el fenómeno de la emigración cubana se parece a todos las demás y es fundamentalmente económico, pero Estados Unidos premia a los cubanos que llegan a sus tierras y persigue a los demás. “Deporta a los mexicanos, mientras que a los cubanos le regalan la Green Card (residencia permanente) y un desfile en Miami, aunque hayan ingresado ilegalmente a los Estados Unidos”, acotó.
¿Ley asesina y bloqueo genocida?
Durante años el gobierno cubano ha insistido en que el bloqueo de Estados Unidos es “genocida” porque le impide mantener vínculos normales con otros países y acceder a productos (alimentos, medicinas, equipamiento de alta tecnología) y servicios, para el bienestar de los cubanos y su acceso al desarrollo. También esta medida coercitiva limita el acceso de ese país a los avances biotecnológicos de Cuba, por ejemplo, y coarta las libertades de los estadounidenses, al negarle su derecho a viajar a un país (Cuba) en calidad de turistas, aunque en los últimos tiempos la flexibilidad haya permitido un flujo inusual de “estrellas” hacia la isla.
En virtud de las medidas adoptadas por el Congreso estadounidense, su gobierno está facultado, por ejemplo, a sancionar a terceros países, e incluso, un barco que toque puerto cubano no puede hacerlo en uno estadounidense después de seis meses. Ello ha obligado a Cuba a acudir a mercados lejanos, lo que encarece los productos y agota consecuentemente los recursos financieros que podrían ser destinados a mejorar las condiciones de vida de sus habitantes.
En el caso de la Ley de Ajuste Cubano, el gobierno de La Habana la cataloga como “asesina” porque motiva a los migrantes a lanzarse a la mar en embarcaciones precarias o a travesías peligrosas por tierra. En no pocos casos, a quienes toman esa decisión se les ha denegado la visa para viajar a EE.UU, ya fuera como turistas o por reunificación familiar, en incumplimiento de los acuerdos migratorios bilaterales (1994-1995) para una migración ordenada y segura.
Según el sitio oficial del Departamento de Seguridad Nacional, dicha legislación provee un procedimiento especial bajo el cual los oriundos de Cuba o ciudadanos cubanos y sus cónyuges e hijos que le acompañan pueden solicitar una Tarjeta Verde (Residencia Permanente). Entre otros beneficios, se cuenta el seguro médico ‘Medicaid’ y un permiso de trabajo.
Los porqués de una nueva oleada migratoria desde Cuba
Varias han sido las oleadas desde la isla antillana rumbo a Estados Unidos desde el triunfo de la Revolución Cubana de 1959, según expertos, esencialmente por tema económico; la más reciente, que ha tenido como escenario en Sur y Centroamérica, se ha desatado tras el inicio del “deshielo” entre los dos países y que cristalizó hace un año con la apertura de las respectivas embajadas en Washington y en La Habana.
Los expertos coinciden en que un sector de la sociedad cubana ha considerado que con el restablecimiento de los vínculos bilaterales, quedarían abolidas las prerrogativas dispuestas para los migrantes cubanos que llegan a territorio estadounidense, y ello habría sido un factor detonante de la última corriente migratoria.
“A causa de ello quienes piensan emigrar han acelerado sus planes, mientras la embajada de Washington en la Habana sigue negando visas a la mayoría de los solicitantes, su gobierno los recibe si arriban ilegalmente a su frontera”, comentó el analista Sánchez.
Esto se argumenta en un comunicado de prensa del pasado día 8 de agosto de Migración Colombia donde refiere que entre los cubanos varados en ese país “la mayoría ha manifestado que temen perder los beneficios que ofrece Estados Unidos a través de la Ley de Pies Secos Pies Mojados y la Ley de Ajuste Cubano”.
Por otra parte, tras la recomposición de los nexos bilaterales, las sanciones a la economía del país no son levantadas y las empresas cubanas no pueden usar el dólar en sus transacciones internacionales, lo cual sigue bloqueando al gobierno cubano de acceder al comercio en condiciones normales.
En opinión del analista cubano Sánchez, existen resultados iniciales de las conversaciones al más alto nivel, como son los acuerdos adoptados en temas bilaterales y una apertura de los aliados de Washington para visitar, invertir y negociar con Cuba.
Sin embargo, persisten sin resultados temas esenciales para la isla como el fin de las sanciones económicas, fin de la ocupación militar del territorio que ocupa la base naval de EEUU en Guantánamo, cese de transmisiones ilegales de Radio y TV desde EEUU hacia Cuba y la eliminación de los veinte millones de dólares que presupuesta el gobierno de Washington para crear una “oposición” artificial en la Isla.
Esta oleada de migrantes cubanos estaría condicionada, además, por otros factores, como la persistencia del bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos a Cuba, con lo cual las condiciones de vida en la isla se han deteriorado, pese a los esfuerzos de su gobierno para superar ese obstáculo a su desarrollo.
A ello podría añadirse el anuncio hace pocas semanas del gobierno cubano de una situación económica compleja en la isla derivada del contexto internacional y de la imposibilidad de cumplimientos por parte de sus proveedores, como Venezuela.
En declaraciones recientes a Andes, la asambleísta ecuatoriana María Augusta Calle apuntó que «la política migratoria de los EE.UU frente a Cuba, es una política que responde además a toda la estrategia del bloqueo a Cuba; se lo ha hecho durante años, recuerdo la cantidad de veces que lograron dar golpes mediáticos lanzando a decenas de ciudadanos cubanos hasta en llantas para que crucen el mar y lleguen a Miami. Eso ahora lo están tratando de hacer a través de terceros países”.
Los gobiernos de la región reaccionan ante crisis migratoria
Ante la avalancha de migrantes, varios gobiernos han anunciado el reforzamiento de medidas de control en sus fronteras para limitar el paso de estos ciudadanos en situación irregular que buscan llegar a Estados Unidos.
En el caso de Ecuador, que estaba siendo un importante de ingreso de los cubanos en su tránsito hacia Estados Unidos, se reimpuso el requisito de visado para turistas cubanos, mientras el canciller, Guillaume Long, ha señalado que Ecuador no se convertirá en un país “coyotero”.
México y Colombia confirmaron que no van a permitir una ruta humanitaria por su territorio; en el caso de este último argumentó que no se involucrará en el delito de tráfico de personas, lo cual marcaría un precedente que podría ser utilizado por cerca de 50.000 migrantes irregulares que están en Ecuador, Brasil y Guyana.
El gobierno de Colombia anunció también un plan de choque en sus fronteras suroeste y noroeste contra la migración irregular, tras la llegada masiva de personas al país con rumbo a Estados Unidos, e inició las deportaciones de migrantes.
Esta semana, los cancilleres de Ecuador y Colombia, María Ángela Holguín, acordaron crea una comisión binacional para luchar contra los traficantes de migrantes, a quienes consideran los responsables de la situación que viven los migrantes.
La académica de Flacso-Ecuador expuso su consideración de que, sin embargo, “lo más importante al enfrentar la situación de los migrantes en tránsito es poner en el centro el derecho de la persona migrante por sobre los intereses y la soberanía de los Estados” y aseveró que “solamente si adoptamos una perspectiva desde los derechos humanos, podremos empezar a buscar diálogo, negociar entre los Estados, para poder cumplir con el respeto de los derechos humanos de estas personas”.
La Embajada de Cuba en Ecuador aseveró en su comunicado en julio pasado que la “irracional” política migratoria del gobierno de los Estados Unidos hacia Cuba, y única de su tipo en el mundo, es la causa fundamental de todos estos problemas.
“El hecho de que un ciudadano cubano, si logra ingresar a territorio norteamericano, ya sea con un pasaporte en regla, sin pasaporte o incluso con un pasaporte falso, es admitido automáticamente en ese país, constituye un estímulo a la emigración irregular, a la trata y al tráfico de migrantes”.
Por su parte, a fines de julio, 2.432 cubanos enviaron una carta abierta –sin respuesta conocida- para que Obama “intervenga y use sus medios para que podamos llegar de una manera segura a su país, sin tener que arriesgar nuestras vidas en la selva en manos de traficantes de personas”, algo que ya comenzaron a hacer quienes se niegan a ser deportados, según la prensa.
Cuba juzga la política de Washington de «incongruente» con el actual contexto bilateral y dijo que esas leyes estimulantes de la emigración son una violación de la letra y el espíritu de los Acuerdos Migratorios entre Cuba y los EE.UU., y, por otra parte, reiteró a sus ciudadanos que salieron legalmente del país que tendrán derecho a retornar.
DATOS RELEVANTES
-Hasta la década del 30 del siglo XX, Cuba se comportó como un país esencialmente receptor de inmigrantes. Desde ese momento se produce pasó de receptora a emisora de emigrantes: la tendencia que mantiene hasta la actualidad. (2012)
-Aproximadamente el 12.5 % de la población cubana (1.4 millones sobre una población de 11,2 millones) vive en el exterior.
-Cerca del 85.7% de los emigrados cubanos vive en Estados Unidos.
-En 2011 más de 400.000 emigrados cubanos visitaron su país de origen y más del doble mantienen un vínculo estable con su país natal.
Crisis migratorias
-Camarioca 1965
Entre el 22 de octubre de 1962 y el 28 de septiembre de 1965 de manera legal e ilegal habían salido de Cuba unas 71 545 personas. Entre el 30 de septiembre y el 15 de noviembre de 1965 emigraron 2.979 cubanos, y otros 2.104 quedaron en Camarioca hasta que fueron recogidos en barcos alquilados por el gobierno de Estados Unidos.
-Mariel 1980
Por el puerto del Mariel, viajaron a Florida 125 mil cubanos, mas otros 5 mil que viajaron a Perú y Panamá por vía aérea luego del conflicto creado por la acogida en la embajada de Perú en La Habana de un grupo de personas que asesinaron al custodio y se instalaron en la sede diplomática con la anuencia del gobierno peruano.
-Balseros 1994
«Crisis de los balseros». Luego de varios secuestros de embarcaciones instigados desde Estados Unidos, Cuba toma la decisión de abrir las fronteras marítimas, por donde salieron más de 36 900 emigrantes. Muchos de ellos fueron enviados por las autoridades norteamericanas hacia la Base Naval de Guantánamo y Panamá, unos 27 mil.
-Centro y Suramérica 2015
Varios miles de cubanos salieron de la isla por la vía regular con destino a países de suramérica y centroamérica en un ruta ilegal hacia EE.UU. Tras la crisis humanitaria generada en Costa Rica, el SICA+4 (Colombia, Ecuador, México y Cuba) acordaron disponer vuelos a Estados Unidos. A mediados de 2016, un importante número de migrantes quedaron varados en Ecuador, Colombia y Panamá, cuyos gobiernos realizaron deportaciones y anunciaron que reforzarán los controles fronterizos.
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