Miradas desde Cuba / Todavía no comprendemos la magnitud del impacto que pueden traer consigo las redes sociales. Esto deberían tenerlo en cuenta los funcionarios y dirigentes en cuyas manos está la decisión de sancionar a alguien sin importar la razón. Una medida laboral aplicada a cualquier trabajador debe ser analizada con detenimiento, en profundidad, porque nunca se puede olvidar que esa persona tiene derecho al reclamo y, en tiempos de Internet, ese reclamo –aunque no tenga bases y le falte ética- puede afectar hasta la imagen de su país.
Por estos días se ha querido convertir en héroe a un periodista sancionado por violar principios éticos de la profesión que escogió por voluntad propia, sin que se le cuestionara su forma de pensar ni la de su familia, su religión, ni preferencia sexual.
Sé que en el mundo entero muchas personas son despedidas o expulsadas por mucho menos o por nada comparable con la violación ética cometida por este periodista -¿recuerdan lo que pasó con Telesur en Argentina?- y, sin embargo, no se les da espacio en los medios, ni se forman ciber-revueltas de apoyo como las que ahora aprovechan quienes por años han intentado de destruir lo indestructible.
Ya Fidel dijo que a eso, a lo indestructible, a la Revolución, solo la podemos destruir los jóvenes. Y es a los jóvenes periodistas a quien les dedico esta reflexión, a esos reporteros que no han apretado una tecla para expresar lo que sienten. Es posible que existan muchos que no estén de acuerdo con la expulsión del compañero, pero no creo que vean de buena gana la forma en que Fernando Ravsberg y Pantoja han manipulado los hechos sucedidos después de tomada la apresurada medida por parte de la dirección de la Emisora.
Del periodista Pantoja está ya más que demostrado, porque ya la historia ha sido repetida por otros, que sus intenciones nunca fueron buenas y esto es fácil de entender solo analizando cómo ha tratado el tema. Primero, estoy seguro de que él sabía el tipo de información que tenía y que cometía una falta grave al publicar una declaración obtenida de una reunión interna de su organización, una reunión en la que participaba como miembro y no como reportero que cubría el evento.
Con autorización o no de la periodista Karina Marrón, Pantoja no tenía el derecho de publicar. ¿Se imaginan a ustedes a todos publicando los informes de las reuniones de la UNEAC, de la AHS, de la Asociación de Economistas…? ¿Dónde queda lo interno, lo gremial, lo que solo concierne a quienes forman parte de algo para hacerlo mejor desde adentro? ¿Se imaginan a los miembros de comité de base de la UJC, del PCC o de cualquier organización política o no que se reúne para debatir y resolver los problemas, publicándolo todo, incluso aquello que los afecta? ¿A quién beneficiaría eso? ¿Por qué, si es tan correcta esa idea, no es una práctica aceptada a nivel mundial la publicación de informes y declaraciones completas de todas las reuniones de todas las organizaciones?
Todo esos sería un error grandísimo, que atentaría contra los objetivos que nos trazamos en el VII Congreso del Partido, pero aun así hay quienes nos quieren convencer de lo contrario, hay quienes quieren convencernos de que regalarnos –o sea, dar información que genere estados de opinión desfavorables- es la mejor opción para Cuba y a esas inmadureces e indisciplinas es a lo que se refería nuestro Comandante en Jefe Fidel cuando expresó que los jóvenes somos los únicos que podemos destruir a la Revolución.
El reportero holguinero, por ejemplo, además de publicar lo impublicable se unió al periodista uruguayo que ya fue desacreditado por el propio Fidel, lo cual nos revela lo suficiente como para no confiar ni un tantico así en sus intenciones para nuestro país. Después Pantoja da entrevista, nada más y nada menos, que a 14yMedio, con lo que da la medida de que si no logra lo que quiere (al parecer irse para Estados Unidos) tendría un puesto asegurado en el diario contrarrevolucionario. Seguro ya le ofrecieron trabajo.
Aixa tenía razón al decir “hay colegas que se preguntan ¿Será esta la manera en que Pantoja ha decidido para buscarse un historial que le permita cruzar hacia los medios de Miami? Fea manera, si esa fuera la causa”. Él mismo le está dando la razón.
Y el que todavía no vea las manipulaciones tanto de Fernando Ravsberg como de Pantoja, es porque no le interesa saber la verdad y prefiere mantenerse a un lado, sin meterse en el debate, que es casi lo mismo que hacerle coro a las mentiras.
Solo decirle !Magnífico análisis!, sucede que como se trata de un periodista y además cubano, las cornetas sonarán más alto; le dimos plátano al mono y cómo siempre, enfermará de indigestión, esperemos que luego de la visita de la Comisión de la Upec a Holguín, se aclaren las cosas y se informe oportunamente para acabar con la manipulación de Ravsberg y sus seguidores. Interesante todo, gracias.