Han pasado casi 60 años cuando Lester D. Mallory, Subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental de Estados Unidos, le enviaba a su jefe un memorando donde aseguraba entre otras cuestiones:
“No existe una oposición política efectiva en Cuba; por tanto, el único medio previsible que tenemos hoy para enajenar el apoyo interno a la Revolución es a través del desencanto y el desaliento basado en la insatisfacción y las dificultades económicas“.
“Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba. Negarle dinero y suministros para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.
Así se iniciaba la más cruel medida de Estados Unidos contra la triunfante Revolución cubana, solo por el hecho de escoger un camino diferente al impuesto por ellos desde su primera intervención en la Isla en 1898.
Para darle un carácter legal a sus actos criminales, el presidente J. F. Kennedy, aprobaba el 06.02.1962, la 27 Resolución Federal No. 1085, Embargo sobre el Comercio con Cuba, aunque desde hacía dos años el cerco se había iniciado para estrangular la economía cubana.
Sin tapujos, esa Resolución Presidencial consideraba:
“…el actual Gobierno de Cuba es incompatible con los principios y objetivos del Sistema Interamericano; y, a la luz de la ofensiva subversiva del comunismo chino-soviético con la cual el Gobierno de Cuba está públicamente alineado, urgió a los estados miembros de la OEA a tomar pasos que ellos puedan considerar apropiados para su autodefensa individual y colectiva…”
En otros de sus considerandos Kennedy expresaba:
“Los Estados Unidos, de acuerdo con sus obligaciones necesarias para promover la seguridad nacional y hemisférica mediante el aislamiento del actual Gobierno de Cuba, y, por lo tanto, reducir la deriva de su alineamiento con las potencias comunistas:
Por cuanto: Yo, John F. Kennedy, Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, actuando bajo la autoridad de la sección 620 (a) del Acta de Asistencia Extranjera de 1961 (75 Estatuto 445) que fue enmendada, subsección (a) de esta sección.
1) Proclamo el embargo sobre el comercio entre los Estados Unidos y Cuba de acuerdo con los párrafos 2 y 3 de este decreto;
2) Por lo tanto, prohíbo, para hacerse efectivo a las 12:01 a.m. hora standard del este, de febrero 7 de 1962, la importación a los Estados Unidos de todos los productos de origen cubano, además de todos los productos importados desde o a través de Cuba; y por lo tanto, autorizo y ordeno al Secretario del Tesoro, el cumplimiento de dicha prohibición, y para que exista una excepción para ello, sea a través de una licencia u otra forma, que él determine conveniente con la operación efectiva del embargo que por este medio se proclama, y de promulgar dichas medidas y regulaciones como sea necesario para ejercer tales funciones.
Todo estaba analizado y discutido con anterioridad, por eso el Decreto N0 3447, contentivo de la Resolución Federal del Embargo, era parte del show propagandístico para confundir y manipular a la opinión pública mundial.
En el mes de noviembre de 1961, Kennedy había recibido del Grupo Especial Ampliado del Consejo de Seguridad Nacional, organizado por él después del fracaso de la invasión a Cuba por Bahía de Cochinos, el proyecto del Programa Cuba, conocido por el nombre código de Operación Mangosta, el cual firmó el 18 de enero de 1962, convirtiéndose en el plan subversivo más completo hasta ese momento.
La Operación Mangosta lo contempló todo, desde medidas diplomáticas, de inteligencia, políticas, económicas hasta las militares, pues el fin era justificar una invasión con el ejército estadounidense, para desquitarse de la aplastante derrota de abril de 1961.
Precisamente bajo esa Operación, se decide conformar la Guerra Económica, y así lo expresa textualmente:
“…la operación está dirigida a provocar una rebelión del pueblo cubano. Esta sublevación derrocará al régimen comunista e instaurará un nuevo gobierno con el cual Estados Unidos pueda vivir en paz”.
“La sublevación necesita un movimiento de acción política fuertemente motivado y arraigado en Cuba, capaz de generar la rebelión, de dirigirla hacia el objetivo perseguido y de aprovecharse de su momento clímax. La acción política será apoyada por una guerra económica que induzca al régimen comunista a fracasar en su esfuerzo por satisfacer las necesidades del país, las operaciones psicológicas acrecentarán el resentimiento de la población contra el régimen, y las de tipo militar darán al movimiento popular un arma de acción para el sabotaje y la resistencia armada en apoyo a los objetivos políticos”.
Ese objetivo está pendiente de alcanzar y eso motiva a mantener su guerra económica, para que sea el pueblo cubano quien se rebele.
Por eso el trabajo actual sobre la juventud y el apoyo a los trabajadores no estatales y aquellos que no tienen dependencia con el Estado, entre ellos intelectuales y editores de ciertas publicaciones que intentan solapadamente cambios de sistema.
Esos son ahora los priorizados por la CIA para sanar sus casi 60 años de frustraciones y derrotas.
Estados Unidos continuará recibiendo críticas por el Bloqueo económico y resistirá una vez el apoyo a Cuba de la Asamblea General de la ONU, cuando vuelva a quedarse solo en la votación del 26.10.2016.
Esa es la verdad por la cual Obama no asume posiciones en favor de su eliminación, aunque públicamente exprese lo contrario.
Él es parte de ese sistema, por eso llegó a Senador y Presidente del Imperio.
La actual política adoptada hacia Cuba no tiene cambios de fondo, e insiste en desmotar el socialismo que nunca aceptaron, empleando estrategias adaptadas a estos tiempos.
Que nadie se llame a engaño, ninguna de las medidas aprobadas va en el camino correcto para la Revolución, todas pretenden conformar un escenario propicio para sus intereses, solo basta leerlas cuidadosamente y compararlas con sus viejos planes, todo es más de lo mismo.
José Martí no se equivocó y como convocara:
“¡Los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas!