Por Félix Edmundo Díaz @feddefe*
El viernes en la Florida, ‘not my president’ se presentó en un teatro de Miami y, ante la horda de estercoleros que frenéticamente le aplaudía, fue esputando frases, extraídas del primer Manual de la Guerra Fría, para agredir a Cuba.
Aunque creo que ‘not my president’ no necesita aclaración, he decidido justificar el uso del término en estas líneas; es cierto que el tipo que ocupa la silla en la Oficina Oval se llama Donald Trump, eso es un hecho, como lo es también que la inmensa mayoría del pueblo norteamericano le nombra ‘not my president’, porque este asaltó la presidencia con un saldo negativo de 3 millones de votos menos que su oponente (la menos mala Hillary), aparentemente, solo gracias a democracia made in USA.
Pues bien, yendo a los hechos debemos reconocer que ‘not my president’ acaba de demostrar magistralmente que la ignorancia que, en política, se le atribuye no es simple palabrería o fútiles ataques de sus oponentes, porque para detenerse a hablar de DDHH en Cuba, primero debió dar una somera lectura a la trayectoria de su país en el tema y para ello le regalo, de lo que una vez le escribí a Barack Hussein Obama II, algunas ideas personalizadas:
- ¿Cuáles son los verdaderos derechos a la vida y la integridad corporal de los negros en los EUA, si en los asesinatos de estos a manos de los policías, los primeros siempre hicieron gestos amenazantes y los agentes se defendieron? ¿Dónde quedó la correspondencia entre la ofensa y la defensa? Solo en EUA, en el entrenamiento a los policías, se enseña que un peine, un móvil o un inhalador de salbutamol son tan letales como una pistola…
- ¿Existe libertad de expresión en los EUA? ¿Quiénes tienen libertad de expresión? ¿Cuáles son los límites de la libertad de expresión? ¿Recuerdan que, en el 2001, criticar la invasión a Afganistán era una conducta antinorteamericana o antipatriota? ¿Recuerdan que el cineasta Oliver Stone no pudo exhibir su documental “Comandante”?
- ‘Not my president’ tiene libertad de expresión e hizo uso de ella para filtrarle secretos a los rusos; tiene el poder real y lo usó para permitirle a los rusos manipular las elecciones, para lanzar 59 cohetes cruceros sobre el ejército sirio, para amenazar a Corea del Norte con el emplazamiento del sistema THAD, pero como el asiático no se amedrentó, ahí quedó todo; también usó su poder para despedir al Director del FBI, a quien ‘not my president’ le preguntó dos veces (en una misma noche) si le sería fiel y recibió dos veces la misma respuesta: Fiel a la Constitución, contestación que no figuraba en el trumpcode o ‘clave de la prueba’…
Una aclaración: A través de la Historia de la Humanidad existen por cientos de miles las leyendas que tejen los pueblos alrededor de sus héroes, generalmente, situándolos en un pedestal cerquita de los dioses; se incrustó en el alma de los hombres la frase: ‘Con el escudo o sobre el escudo’ con la que despedían y recibían a sus valientes, pero no recuerdo haber leído jamás sobre héroes que salieron a combatir y después de apresados (por haberse entregado en masas) se convirtieran de ‘guerreros por la libertad en cocineros’, y que, a la postre, fueran canjeados por compotas y medicinas… tal honor no sirve ni pa’ sacar a las ‘chicas de la vida’ de micciones.
Pero nada de ello le importó a ‘Not my president’, quien con su peinado rubio lacado, su carita de Geisha (llena de Botox y polvo color rosa) y sus amanerados gestos con las manos, decidió reunirse con la fauna de Miami para hablar de Cuba y nombrar héroes a vulgares asesinos y terroristas.
‘Not my president’ no le debe nada a la Florida, ni su presidencia ni su pobre índice de aceptación que acaba de recargar con el peor lastre posible, pues si no lo sabe: el estiércol pesa y, además, huele horrible.
No obstante, ‘not my president’ fue a la Florida a buscar algo a cambio: un voto que necesita, la aceptación que no tiene ni tendrá, pero piensa o le dijeron que puede obtener, pero si de algo puede estar convencido es que de su reciente excursión por el Miami’s Zoo, jamás, léalo bien, jamás obtendrá la más mínima concesión de parte del pueblo y gobierno de Cuba, porque la independencia, la soberanía y la autodeterminación de la Isla no están en el tablero ni son objeto de discusión desde 1959 y no lo serán nunca más, así llegue el fin de los tiempos y de la Historia que nos pronosticaron a la caída del entonces campo socialista y la desintegración de la antigua URSS.
Dicen que, en aquella aciaga noche, cuando ‘not my president’ le preguntó por segunda vez al exDirector FBI sobre la pertenencia de su fidelidad, este pensó: Trump is deaf?, pero que ello nunca lo diría públicamente, siendo esta la razón por la que me atribuyo el derecho de responder la pregunta que se hizo el funcionario: Si a ‘Not my president’ se le ocurrió salirse del Acuerdo de París sobre el cambio climático, desoír (aunque antes no le hubiesen votado) a la inmensa mayoría del electorado que apoya las relaciones civilizadas entre su país y Cuba, y, además, anda por el mundo dando ‘palos de ciego’ en las relaciones internacionales, entonces Trump is deaf and blind hasta que demuestre lo contrario.
Por lo pronto, le recomiendo una profunda revisión de su staff de asesores porque estos lo están dirigiendo directamente al impeachment.
19 de junio de 2017.
*Editor de La Mala Palabra.
Tomado de:https://feddefe1917.wordpress.com/2017/06/20/trump-is-deaf-cubaesnuestra/#more-651