Por Luis Miguel Rosales (Columnista de Miradas encontradas)
Si uno se guía por lo que dicen los medios masivos que responden a los intereses del imperio, Venezuela estaría al borde del colapso; de la misma forma los incautos y lacayos de a 5 centavos por docenas, que se guían por la TV que no se ve y por Radio “Mentí”, también piensan que los días de la Revolución cubana están contados.
Me viene a la mente el “académico” de cafetería Andrés Oppenheimer, quien a raíz del “desmerengamiento” de la URSS y del campo socialista europeo, escribió un “infausto” libro donde auguraba la inminente caída del “castrismo”, que rimbombantemente tituló “Las últimas horas de Fidel Castro” y que circuló como pan caliente entre la claque contrarrevolucionaria del sur de la Florida. Pasó el tiempo y nada sucedió. La Revolución cubana, con Fidel Castro al frente se mantenía incólume, a pesar de los atribulaciones provocadas por el hecho de que por segunda ocasión en un tiempo relativamente corto, nos quedábamos económicamente “en el aire”; pero el pueblo, con su liderazgo histórico al frente, hizo de tripas corazón y salió airoso de esa prueba de fuego.
Y nuestro ilustre agorero se vio obligado a lanzar una segunda edición “revisada” de su “profético” libro, que esta vez tituló “Los últimos días de Fidel Castro”. Según este mercachifle ya no eran “horas” lo que le quedaban a la Revolución y a Fidel, ahora eran “días”. Y siguió pasando el tiempo y Fidel y la Revolución cubana, continuaron ahí, indemnes. ¿Y qué ha sucedido con el “académico” de cafetín que se nutre con la línea de mensaje que le instruyen sus patronos? Honestamente les digo que no lo sé, pero de lo que si estoy seguro es que sus predicciones se fueron a bolinas y tendrá que rescribir su libro o dejar de seguir soñando con los pececitos de colores.
Volviendo a Venezuela, quedamos impactados con el desfile cívico-militar que tuvo lugar el pasado 5 de julio, en conmemoración del 206 aniversario de la declaración de independencia de ese hermano país. Pudimos observar orden, disciplina, fortaleza, unidad, todo muy lejos del cuadro de violencia, desorden, indisciplina y falta de unidad que los “escuálidos” pretenden presentar. Nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro afirmó en una ocasión: “(…) La historia de los pueblos la hacen los hombres leales, los hombres que perseveran, los hombres que no desertan de su causa”.
Los seguidores de Miranda, de Bolívar, de Manolita Sáenz, de Zamora y de Chávez han dado muestras de que pertenecen a esa estirpe de mujeres y hombres leales y cuentan con un pueblo enérgico que no se dejará doblegar. Nuestro Fidel también expresó: “De la historia se puede sacar una lección en la que suelo insistir. Solo de las grandes crisis han surgido las grandes soluciones. Entiendo que de esta regla escapan muy pocas excepciones”. Quizás el “académico” de pacotilla que como tantos otros despistados auguró el “fin de la Revolución cubana” y sus patrocinadores de yanquilandia que también vaticinan el fin de la Revolución Bolivariana, acaben de aprender la lección, una vez que los venezolanos elijan su Asamblea Constituyente y hagan en su país lo que les venga en gana hacer para bien de todo su pueblo.