Por Luis Ernesto Ruiz Martínez.
Cuando conocí a María, María era muy graciosita. Y ahora que ya no se pinta, ya no luce tan bonita María
Pero esa era la de Eliades Ochoa, la del desengaño, la que supuestamente con un poco de lápiz labial y caderas ondulantes, devolvería la felicidad al trovador. Esta nueva María que ocupa titulares en todas las islas del caribe, ahora convertida en poderosísimo huracán, no ha traído, ni traerá, felicidad alguna para sus habitantes. Todo lo contrario.
Ni pintándose los labios voy a quererla.
Dicen algunos que María está molesta porque José le cayó atrás a Irma y no le hizo caso. Aunque para algunos la cosa no está para bromas, dejaríamos de ser cubanos si el humor no nos acompaña hasta en los peores momentos.
Seguimos atentos y tomando medidas, no sea que las bellezas del oriente cubano seduzcan a María, y decida pintarse los labios para hacernos una visita.
Tomado de: https://visiondesdecuba.wordpress.com/2017/09/19/a-maria-no-la-quiero-aunque-se-pinte-los-labios/