Las personas con una orientación sexual diferente de la heterosexual en el mundo sufren discriminación y agresiones que atentan contra los derechos humanos. Viven situaciones complejas dentro del propio seno familiar, en los centros estudiantiles y laborales, en las calles…
Cuba, un país que defiende la justicia social, trabaja para transformar las conciencias a favor del respeto a la diversidad, como expresión de la igualdad que se construye a partir de las diferencias y no de la uniformidad. Cada año se realizan actividades educativas con la población, las cuales son más visibles durante las jornadas de celebración del Día Mundial contra la Homofobia.
Elia Marina Brito Hidalgo, presidenta de la Comisión de Educación Sexual en Las Tunas, explica que estas acciones no buscan promover orientaciones sexuales, sino prevenir la homofobia. «El término se define como el miedo, odio, prejuicio o discriminación a los homosexuales o a las expresiones de la sexualidad distintas de la heterosexual, es decir, el repudio a los bisexuales, travestis, transexuales.
«Se trata de crear espacios para fomentar la equidad y la posibilidad de derecho que tienen todas y todos a vivir un mundo de respeto a la libre orientación sexual y a la identidad de género. Más allá de esa decisión personal está el ser humano que tiene deberes y derechos, y eso, sin dudas, es lo más importante».
A pesar de que la Jornada cumple ya más de una década en el país, aún existen quienes cuestionan el día escogido para su celebración.
«Es cierto. El 17 de Mayo es una fecha escogida por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Tiene su origen en 1974 cuando la Asociación Americana de Psiquiatría elimina la homosexualidad y la bisexualidad de su manual de enfermedades mentales, una concepción asumida por otras sociedades científicas del orbe y aprobada ese día de 1990 por la OMS.
«La organización -que no es cubana- pidió a los gobiernos realizar actividades por las tantas expresiones de homofobia. Por tanto, no es una elección nacional, sino fruto del azar la coincidencia con el Día del Campesinado.
«Admiramos, queremos y respetamos a nuestros campesinos, y el hecho de que ese día de 1959 se otorgara la tierra a sus verdaderos dueños, es una expresión de justicia social. Basados en tales principios también se lucha contra la violencia y la discriminación por motivo de género. Realmente ahí, está la verdadera coincidencia».
SPACIOS ESCOLARES SIN DISCRIMINACIÓN
«Por escuelas libres de homofobia y transfobia ¡Me incluyo!» es el lema que propone esta oncena Jornada. La intención es lograr espacios escolares más inclusivos y seguros porque es allí donde los niños, adolescentes y jóvenes pasan mayor tiempo. «Debe reinar la armonía, la comunicación y la comprensión para que todos se sientan acogidos, bien tratados y no haya lugar al miedo», dice Brito.
Desde las primeras edades hay que aprender a convivir y respetar a las personas con sus propias características. La Resolución 139 del 2011 del Ministerio de Educación trata el tema de la diversidad sexual e implica tanto a los estudiantes como al profesorado.
Actualmente existen diferentes familias, ya no solo es la tradicional (madre, padre e hijos), en algunas hay dos mamás o dos papás que tienen a su cuidado al infante.
«A los niños debemos enseñarles a no rechazar a quienes tienen padres homosexuales o condenar las expresiones masculinizadas de las hembras o las feminizadas de los varones, porque siguen siendo niños. ¿Por qué reírse, pegar, ofender? Esas son manifestaciones que llamamos bullying o acoso escolar».
La homofobia responde a una cultura patriarcal, machista, heterosexista y esos patrones se han perpetuado en el espacio familiar y social. Aunque ya se logran resultados, cuesta mucho desmontar esas actitudes enraizadas en la cultura.
Al respecto, Brito refiere que «a las consultas llegan padres alarmados porque su hija o hijo de 5 años o más es homosexual. A esas edades no está definida la orientación sexual y a veces las actitudes responden a modelos que aprenden en la convivencia y eso no significa que tendrán determinada preferencia sexual».
Los manejos inadecuados de la familia y de los centros educacionales pueden traer graves consecuencias e incluso, la deserción escolar. En los casos más extremos, conduce a un intento suicida o a la consumación del hecho.
«Son niños -argumenta- a los que no se les toma en cuenta su criterio y lo que dicen el grupo lo tergiversa y usa como burla. Todo eso repercute en la estabilidad emocional y psíquica del infante. Hablamos de ansiedad, depresión, grandes problemas de autoestima, dificultades en la socialización, trastornos de alimentación y de sueño».
¿Cuál es la realidad en Las Tunas?
«Nos llegan preocupaciones y felizmente, algunos padres van a buscar ayuda. Aquí se presta asistencia en las consultas de Terapia de Orientación Sexual a las Parejas, los segundos y cuartos viernes de cada mes en el centro comunitario de salud mental Graciela Bustillo, en el municipio cabecera.
«Realizamos un trabajo intersectorial desde la prevención, pero hay que reforzar la educación integral de la sexualidad para lograr un impacto mayor sobre este fenómeno.
«Luchamos por una sociedad cada vez más justa y respetuosa, en la que todos sean escuchados sin importar sus preferencias. De eso se trata: de desterrar los prejuicios sexistas y encontrar el buen ser humano que habita en cada uno de nosotros».