
La capital cubana atrae hoy el interés de la mayoría de los visitantes extranjeros que llegan a la isla en este 2018 debido a su colorido y, sobre todo, a la gente.
Impulsados por los anuncios de que La Habana cumplirá 500 años el 16 de noviembre del año próximo, muchas personas pasan vacaciones en esta isla interesados en recorridos culturales y turísticos.
Uno de los puntos de destaque lo constituye el Memorial José Martí, uno de los monumentos y plaza de más importancia en la capital cubana.
Dedicado al Héroe Nacional de Cuba (1853-1895) cuenta dicha estructura con una torre que constituye el mirador más importante de La Habana.
El conjunto monumentario está formado por la base, la estatua de Martí y seis columnas, la torre con el mirador, la tribuna, fuentes y áreas verdes. En su estado actual fue abierto al público el 27 de enero de 1996.
Por demás, el mirador es el punto mas alto de la ciudad, situado en una colina a 30 metros sobre el nivel del mar y con una altura de 109 metros; en días claros la visibilidad alcanza hasta 50 kilómetros a la redonda.
Anteriormente se nombró Plaza Cívica, ubicada en la Loma de los Catalanes. Esta plaza está relacionada con el proceso de urbanización de la ciudad. De 1953 a 1958 se realiza la construcción de lo que hoy es el Memorial José Martí.
La Bodeguita del Medio, es otro sitio atractivo, no solo por ser un restaurante de los años 50, sino por todo su glamur.
Ese establecimiento es el más emblemático del turismo cubano, con las paredes atestadas por unos dos millones de firmas de sus comensales de diferentes épocas, y fotografías dejadas allí por celebridades.
Entre los famosos que pasaron por el lugar mencionan a Ernest Hemingway, Mario Benedetti, Pablo Neruda o Errol Flyn.
Le sigue en la lista de interés de los turistas el Museo Ernest Hemingway, ubicado en el periférico poblado capitalino de San Francisco de Paula, a unos 15 kilómetros del centro de La Habana (morada del escritor por más de 20 años).
Los viajes de interés cultural también incluyen al Museo Nacional de Bellas Artes, reabierto el 18 de julio de 2001, complejo muy especial para los sentidos, con tres edificios implantados en la historia de La Habana y una importante actividad cultural y social.
Otro de los restaurantes de renombre aquí es el Floridita, cuna del daiquirí, un trago constituido, en esencia, por ron, limón, azúcar y hielo molido; toda una leyenda de la coctelería cubana.
Ese establecimiento abrió sus puertas en julio de 1817 en las entrecalles de Obispo y Monserrate, uno de los sitios más concurridos de La Habana Vieja.
Pero los guías mencionan aún más lugares como la Plaza de La Catedral, cuando su nombre se debe a la imponente catedral construida en un principio como oratorio de los Hijos de San Ignacio, de la orden de los Jesuitas, cuya primera piedra fue colocada en 1748.
Ineludible es pasar una noche en el Cabaret Tropicana (1939), visitar el sistema de fortalezas coloniales de La Habana, o simplemente -y sobre todo- departir con los cubanos en la calle, esto de las múltiples posibilidades de paseo.
Tomado de: PortalCuba
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