Por Félix Edmundo Díaz @feddefe1917*
Hace 65 años un acusado, privado de libertad, durante la vista oral, señaló sus motivaciones para asaltar la segunda fortaleza del país, las que resumió en seis problemas fundamentales:
• La tierra.
• La industrialización.
• La vivienda.
• El desempleo.
• La educación.
• La salud.
En su alegato de autodefensa que, a partir de ahí, pasó a conocerse como “La historia me absolverá”, el acusado devenido acusador detalló la gravedad de cada uno de estos problemas, significando la precariedad de las condiciones de vida y trabajo de los cubanos.
Ese fue “el programa del Moncada” y su autor dedicó todos los días de su vida a hacer realidad sus palabras.
Pareciera que su pecho abrazaba a toda Cuba, pero en el cabían “todos los pobres de la Tierra”, a los que con los años también llevó la salud y la educación.
¿Genio? Sí. ¿Visionario? También, pero por sobre todas las cosas fue un profundo humanista, revolucionario y creador, para el que ser consecuente con sus palabras ha sido su más sagrado principio de vida.
Tomado de: LaMalaPalabra