Por Félix Edmundo Díaz@feddefe1917*
Un día como hoy, hace 80 años, se produjo el asalto de las hordas hitlerianas, encabezadas por las SA, SS y SD, más civiles, a los barrios judíos que culminó con el linchamiento de 91 personas y la detención de unos 30 000 “no arios”, así como la destrucción de sus negocios, en lo que pasó a conocerse como “la noche de los cristales rotos”.
Años después, el 16 de septiembre de 1976, nos llegó “la noche de los lápices” cuando la dictadura militar Argentina, soltó en La Plata a sus hienas, con el nefasto saldo del secuestro y asesinato de ocho estudiantes de secundaria.
Ahora llega el aprendiz de fascista de Bolsonaro con dos hijitos tan belicosos como el padre y lo primero que hacen las hienas que lo llevaron al Reichtag, digo al Palácio de Alvorada, es desmontar una estatua del Che, como si con ello pudieran ocultar su ejemplo.
Ahorita empezarán a quemar “El ingenioso higalgo Don Quijote de la Mancha”, “El rojo y el negro”, “El diario de Ana Frank” y otros, por subversivos, quizá, ni “La caperucita roja se salve”.
Esta será la larga noche de los cristales rotos y los lápices, pero, al final, tampoco sobrevivirá al nuevo cañonazo del “Aurora”, al empuje del ejemplo de los Tupamaros, los clandestinos y los guerrilleros de este siglo.
La orgía de las hienas siempre termina mal… para las hienas.
*Editor de La Mala Palabra.
Reblogueó esto en Golpeando el Yunque.