Por Luis Alberto Portuondo
Tenemos Patria, y aunque parezca retórico y parte de un discurso muy usado, es una realidad tangible para todos en Cuba. Tenemos Patria y eso se debe al sacrificio de muchos conocidos y otros anónimos, de los precursores que se remontan a la época de la conquista y colonización de la Isla por parte de España.
Sí, esos aborígenes que se sublevaron; esos cimarrones que rompieron las cadenas de la esclavitud; esos pensadores que tuvieron su máxima expresión en Félix Varela, quien nos enseñó a pensar, y los conspiradores contemporáneos de la primera mitad del siglo XIX.
Tenemos Patria dado el fervor de los independentistas que iniciaron la lucha armada el 10 de octubre de 1868, que no se resignaron a la paz virtual y lisonjera pactada en el Zanjón y que continuaron luchando desde el exilio. Y llega José Martí con su definición de Patria que va más allá del terruño e implica a la humanidad en su conjunto: “Patria es humanidad”.
El 24 de febrero de 1895 se reiniciaron las hostilidades y Cuba casi logra su libertad, machacada entonces por el naciente imperio del norte. Pero Cuba no se doblegó a pactos y otros lazos con el poderoso vecino. Baliño, Mella, Villena, Guiteras, Chibás, la generación llamada del Centenario con Fidel al frente se forjó para lograr la consumación del sueño de la Cuba libre. Un sueño que pareció utopía y que hoy es palpable. Tenemos patria.
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