Por: Marco Velázquez Cristo
La campaña mediática que los enemigos de la Revolución vienen realizando tratando de influir en la opinión del pueblo para que vote en contra de la nueva Constitución, indica que la hemos hecho bien, si la apoyaran entonces si deberíamos preocuparnos porque seguramente habríamos cometido errores que a ellos los estarían haciendo soñar con los cambios que desean ver en Cuba.
En esta nueva cruzada destacan los que abiertamente y con un lenguaje confrontacional llaman a la abstención o a votar no, son digamos que, los mercenarios públicos, los que reciben el dinero abiertamente. Y están los que utilizan un lenguaje edulcorado para transmitir igual mensaje nocivo.
Entre estos últimos unos actúan impulsados por intereses de clase que no ven reflejados en la Ley de leyes; obviamente que no son los de la inmensa mayoría del pueblo y otros porque les pagan por vías ocultas a las miradas del gran público.
Todos en su conjunto tienen un denominador común, no están de acuerdo con el proyecto de país que esboza la nueva Constitución y de una forma u otra responden o coinciden con el que desean ver instaurado en Cuba nuestros adversarios.
Las condiciones de la sociedad cubana no son las mismas que las que imperan en otros países donde su fragmentación, la insuficiente preparación cultural y política, medios de comunicación que responden a élites y le proporcionan a estas capacidad de influencia sobre amplios sectores sociales, así como la existencia de estados de desconfianza y apatía en el pueblo generados por el engaño sufrido durante décadas a manos de gobiernos corruptos, son factores que les facilitan la tarea a los enemigos de los más humildes.
La falta de estas condicionantes en nuestro país tratan de suplirlas mediante mensajes dirigidos al descrédito del nuevo texto constitucional y la deslegitimación del proceso de debate del mismo. No han estado ausentes los intentos de manipular sectores sociales como el religioso y la comunidad LGBTI para tratar de restar apoyo a la nueva Carta Magna.
Pero la campaña está condenada al fracaso, los cubanos sabemos que no estamos votando solo por una nueva constitución, sino también por el proyecto de país que queremos legar a nuestros hijos y nietos. Se votará por el futuro de Cuba y la Revolución, por la continuidad y desarrollo de las conquistas alcanzadas bajo el socialismo.
Votaremos SI por los sueños de Fidel que son los nuestros, por eso el 24 de febrero él votará junto a nosotros.
Tomado de PostCuba
Administrador, me encantaría contactarte por facebook si fuera posible, yo soy Karolina Alonso, esta es la dirección de mi perfil https://www.facebook.com/profile.php?id=100010328648061 Saludos desde Santiago de Cuba y felicidades por su excelente trabajo