En Cuba es tradición, a partir del triunfo revolucionario, que las urnas estén custodiadas por pioneros, nunca por militares. Los niños resguardan el derecho a la democracia y lo oficializan con la exclamación: “¡votó!”, acompañada de ese gesto en el que levantan la mano derecha y con el pulgar rozan la frente.
No pueden votar, obviamente, porque no alcanzan la mayoría de edad. Pero eso no les impide formar parte del proceso.
Y así lo captó el fotorreportero Abel Rojas Barallobre en esta imagen que refleja el sello en el pecho de una pionera con el mensaje:“Reforma Constitucional. Yo también participo”.