Por: Joselyn Muñoz Cruz.
“Patria es humanidad”, me cala muy adentro este pensamiento martiano, más cuando veo y escucho a esos hermanos cubanos que regresan tristes y quejumbrosos del infierno que vivieron en la frontera mexicana. Llegaron 300 y hay otros tantos esperando por regresar a la patria que ahora añoran y hasta extrañan sus carencias. Porque bueno, a la verdad , se están viviendo tiempos difíciles, no solamente en Cuba que por desgracia o por la “gracia” de los gobiernos norteamericanos continúa con un bloqueo recrudecido ahora por Mr Trump; se vivencian tiempos crudos, revueltos y brutales tras la crisis global desatada en las fauces del Imperio. Estas carencias que hoy tenemos hacen que a la gente se le olvida de lo que no carecemos: HUMANIDAD.
Cuba cual madre amorosa y protectora se sostiene en leyes que ampara a todos sus hijos, en una Carta Magna que da plenitud de derechos a todos, independientemente de la raza, género o preferencia sexual. La gestión de nuestro gobierno para solucionar los problemas es tangible, palpable y sistemática; cuando veo a nuestro presidente Díaz-Canel casi omnipresente donde están los problemas para darle solución, me acuerdo de Fidel. Hermanos nuestros, no se dejen llevar por cantos de sirenas tan nefastos que los llevarán al abismo- ¿Qué necesidad hay de pernoctar en una frontera pasando hambre, frío y calamidades e indolencia? ¿Qué carencias los obliga a arrastrar a sus pequeños a ese infierno terrorífico de enfermedades y miserias?.
Ayer los vi llegar y compartir sus amargas experiencias en la frontera con México en el afán de alcanzar el «sueño americano», como ellos hay otros miles pernoctando dios sabe donde en otras fronteras. Ninguna luz de neón puede opacar el sol caliente de #Cuba, ninguna Mc Donald puede reemplazar el sabor del pan con lechón que tanto nos gusta; ninguna gélida mirada puede darnos el calor y el amor que nos da un compatriota al recibirlos, ni Medicare puede devolverles la salud gratuita que garantiza nuestro gobierno.
Ningún canto o poesía es más linda que nuestro himno nacional, no existe flor que huela mejor que nuestra mariposa y no hay bandera en el mundo que pueda plantarse más honrosa digna y hermosa que la bandera cubana. Si pensaran en estas cosas y en tantas otras que la Revolución no ha dado, olvidarían de inmediato la loca aventura de emigrar a lo desconocido, ansiando tener algo imperceptible y muchas veces efímero.
Piensen antes en sus inocentes hijos en esas madres que sufren y añoran tenerlos en sus brazos y piensen por un segundo en Martí que con un solo traje raído, un triste par de zapatos y pasando más que mucha hambre, no se quejó nunca y dio desde lo más profundo de su corazón los centavos que tenía para lograr la paz y la independencia añorada. Hay que pensar en Fidel que dejó atrás las bonanzas de Birán, para emprender ese viaje azaroso que fue lograr cumplir los sueños de Martí.: ¡NUESTRA REVOLUCIÓN!
Cuba por Siempre 