¿El turismo impulsa el desarrollo de otros sectores en #Cuba?

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*¿Por qué el turismo puede convertirse en la locomotora de la economía cubana? ¿Cuáles son sus potencialidades?

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María del Pilar: Indudablemente, el turismo es un sector muy transversal, en el que participan muchas otras actividades. Es por esa característica que en otros países se ha convertido en la locomotora de la economía, porque el turismo impulsa en su propio desarrollo el de otros sectores. En nuestro país también sucede de esa manera, pues la industria del ocio requiere de las demás sectores para garantizar las ofertas de bienes y servicios. No obstante, hay sectores que no aprovechan esta realidad.

—En los últimos años, Cuba ha experimentado un incremento del número de turistas y de habitaciones hoteleras; sin embargo, el apoyo de los organismos en tributar productos y servicios con calidad al sector no ha avanzado con igual ritmo. ¿Por qué no se logran estos encadenamientos?, ¿qué factores atentan?

María del Pilar: Uno de los factores que influye es el económico. Para desarrollar nuevas inversiones hay que disponer de recursos financieros, a los cuales no todos los sectores acceden, pues no se recuperan con la misma rapidez con que lo hace el turismo. Además, esta actividad genera en su propia operación los recursos financieros para pagar créditos. Esa realidad incide en que el resto de la economía no acompañe lo suficiente al desarrollo del turismo. A lo cual se suma el impacto del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba.

Miguel: Considero muy bueno el actual propósito de sustituir las importaciones que realiza el sector turístico cubano, calculadas en alrededor de dos mil millones de pesos anualmente, incluyendo el petróleo que se gasta en la electricidad. No obstante, se trata de un problema viejo. En los años noventa, cuando el Periodo Especial, una de las medidas impulsadas por el Comandante en Jefe consistió en que el turismo fuese uno de los ingresos más importantes para el país y que ayudase a levantar al resto de la economía (en aquel entonces deprimida).

A mediados de la década de los noventa, las empresas constructoras estaban produciendo solo al 40% del nivel alcanzado a finales de los ochenta. La producción de cemento había disminuido cuatro veces; la industria textil redujo su producción desde 220 millones de metros hasta 44 millones. En el año 1994, se produjo, y con baja calidad, solamente la tercera parte del nivel de cerveza alcanzado cinco años antes y la mitad del agua embotellada.

¿Qué se hizo? Para revertir esto se creó, mediante recursos asignados, la empresa Finatur, la cual se encargó de trabajar, detalle a detalle, con las entidades productoras, organismos y ministerio. A la par se introdujeron nuevas producciones y proyectos. En la industria ligera, por ejemplo, hubo cambios totales para lograr la especialización en surtidos necesarios en el turismo, como los uniformes. También hubo transformaciones en la industria alimenticia, la cual introdujo nuevos envases, así como en la agricultura que fomentó la producción de los cultivos protegidos.

De forma general, el turismo definió reglas del juego: era necesario producir con calidad internacional, entregar en tiempo y que los precios fuesen competitivos. Las empresas que incumplieran esas reglas debían salir del juego, porque el turismo ayuda, pero no subsidia, ni debe relacionarse con empresas que no sean serias.

También resulta vital asignar recursos integralmente: si vas a hacer un traje necesitas la tela, los botones, el forro y los hilos, si falla una de esas materias primas no resuelves nada. De ahí que el mecanismo de planificación se deba adaptar a esas exigencias.

—Miguel, en un artículo suyo publicado en la revista Temas, usted plantea que en los años noventa el turismo logró el objetivo de movilizar y despertar el resto de la economía. ¿Cómo se consiguió esto? ¿Qué medidas se pueden retomar en la actualidad?

Miguel: Cada etapa tiene sus características. Por ejemplo, no hay que copiar la empresa de Finatur, sino aprender de su experiencia. ¿Qué pasó con esta entidad? En 1990 la oferta nacional solamente satisfacía el 12% de la demanda requerida por el sector turístico y debido al impacto de esa institución ya en 2004 fue un 67%. Pero en aquella etapa se llevó a cabo una restructuración bancaria y empezaron a funcionar los nuevos bancos y a dar créditos. Hubo empresas y organismos que tomaron esos préstamos y no le pagaron a Finatur, lo cual provocó que esta quebrara.

Por otra parte, se tomó la mala decisión de crear una cuenta única mediante la cual era imposible el correcto funcionamiento de Finatur. Esta cuenta se cerró cuatro años después de constituida. De ahí que si todo el dinero iba al banco y luego la asignación de recursos financieros no tenía en cuenta las necesidades del turismo, su desarrollo se veía limitado.

La experiencia de Finatur no hay que copiarla exactamente, pero sí hay que tener el convencimiento de la necesidad de establecer reglas claras.

—En la actualidad, ¿cuánto satisface la oferta nacional los pedidos del turismo? ¿Podría darnos datos del comportamiento de las compras a la industria nacional en los últimos años?

María del Pilar: Resultado de las medidas tomadas en los años noventa, hoy el turismo recoge frutos. Hay muchas empresas que nacieron en aquella época bajo los esquemas de financiamiento mencionados o como empresa mixta que abastecen al turismo con productos de buena calidad y en el momento en que se necesitan. Derivado de la experiencia de Finatur surgieron años después los esquemas cerrados de financiamiento.

El Ministerio de Turismo tiene un financiamiento en CL, que lo genera mediante sus propias ventas, montos que este le entrega a las empresas que abastecen al turismo. De esa manera acceden a las materias primas, aunque no incluye las inversiones. Entre ellas está Suchel, Suchel Proquimia y entidades de confecciones. Se trata de productos que ya no se importan. Ya no existe la modalidad de financiamiento mediante Finatur, sino a partir de los esquemas cerrados, que todavía presenta imperfecciones, pues no abarca las inversiones, tan necesarias en la industria nacional. Son asuntos que van quedando en un segundo plano y que a la larga perjudica el desarrollo de las entidades.

En la actualidad, este tipo de relación con la Industria Ligera ha permitido que el sector del turismo disponga de productos de calidad y competitivos, entre ellos los amenities, los artículos de higiene, los productos químicos de lavandería y la lencería, que solo se importa en el caso de las personalizadas. En ese sentido estamos trabajando con el grupo de la Industria Ligera para lograr que también se fabriquen aquí. Asimismo está pendiente el tema de los uniformes, para lo cual este año comenzará a funcionar una empresa mixta. Poco a poco se ha ido incorporando un grupo de producciones para evitar su importación.

*Fragmento Tomado de El podcast de Cubadebate que se centra en el turismo, uno de los seis sectores estratégicos identificados para afrontar la compleja situación que presenta actualmente el país.

invitados expertos cubanos:

  • María del Pilar Macías Rutes, directora general de Operaciones y Calidad del Ministerio de Turismo.
  • Miguel Alejandro Figueras, Doctor en Ciencias Económicas y profesor del Centro de Estudios de la Economía Cubana.
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