Revertir la obra de la Revolución cubana y la conquista de su pueblo es hasta ahora, y lo seguirá siendo en adelante, un proyecto irrenunciable por el imperialismo norteamericano. Todas sus acciones en este sentido han sido dirigidas a tales propósitos; sin embargo, la Revolución Cubana se fortalece cada día, para ello el pensamiento político militar de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz ha constituido un factor decisivo. Ello quiere decir, que el pueblo cubano ha logrado defender su Revolución, y en ese empeño lo político y lo moral han desempeñado un rol determinante.
Se pudiera afirmar que en la lucha por la liberación nacional y en la defensa de la patria socialista las acciones de influencia político, moral y psicológicas han sido tan o más importantes que la propia lucha armada en si.
La solidez de la concepción política moral del pensamiento de nuestro Comandante en Jefe sobre las causas, condiciones y objetivos de la lucha que ha desarrollado nuestro pueblo contra el imperialismo norteamericano, le permitió comprender con claridad el momento histórico en que se encontraba nuestro proceso revolucionario, y el papel que debe desempeñar el factor político moral, para garantizar la defensa de nuestra patria socialista.
La superioridad moral del Ejército Rebelde no solo fue un elemento motivador y conductor espiritual de sus combatientes, sino que como arma de lucha se incorporó a la estrategia y táctica que diseñó y desarrolló Fidel, y se combinó con la lucha armada, elemento este que se materializó con extraordinaria fuerza durante las acciones combativas.
En el pensamiento político militar de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y su actividad de dirección de la lucha revolucionaria encontramos diversos momentos cumbres, caracterizados primero, por un profundo análisis político moral de los fines de la lucha y segundo, por la toma de brillantes decisiones estratégicas.
En su intervención con motivo del aniversario XX del asalto al Moncada, señaló: “Algunos de nosotros, aún antes del 10 de marzo de 1952, habíamos llegado a la íntima convicción de que la solución de los problemas de Cuba tenía que ser revolucionaria, que el poder había que tomarlo (…) con las masas y con las armas, y que el objetivo tenía que ser el socialismo”.[1]
El triunfo victorioso de la Revolución demostró el gigantesco rol que desempeñó la estrategia político militar y ética trazada por su máximo líder desde la prisión. Sin embargo, una vez aplastada la tiranía, en medio de aquella conmoción revolucionaria del pueblo volcado a las calles, nuestro Comandante en Jefe la esclareció nuevamente, significando que desde ese momento en lo adelante, la lucha sería más dura y difícil todavía.
En la nueva etapa de construcción revolucionaria y socialista el concepto político moral presente en la personalidad del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, estructurado en un sistema de convicciones y valores, constituye fuente inagotable de enseñanza, de profundas motivaciones y principios de la actuación política y ética para todo revolucionario cubano,
Por lo que su pensamiento político moral constituye una fuente inagotable de conocimiento transformador, de los cuales se nutre nuestro pueblo revolucionario para fortalecer sus valores éticos y morales, que han desempeñado un papel preponderante en la defensa de la patria socialista, para de esta manera continuar desarrollando y consolidando los logros alcanzados por la Revolución Cubana.
[1] Fidel Castro Ruz: Discurso por el XX aniversario del asalto al Moncada, Santiago de Cuba, 26 de julio de 1973, ed. OR, No. 7, 1973, pp. 11-12.
*Colaborador de Cuba por siempre
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