Por Félix Edmundo Díaz
“Cómo gasto papeles recordandote…” escribió y cantó Silvio Rodríguez y es lo que me pasa a diario sin que fuera señal de que tenía un problema.
Descubrí que, al igual que yo, son cientos, miles, centenares de miles y millones los que, diría yo, no gastan, sino usan (emplean) similares cantidades de papel, en cualquier formato (físico, digital o imaginario), recordándote o soñándote, pensándote o hablándote, buscándote y encontrándote siempre allí, en la primera línea, enfundado en tu verdeolivo uniforme, tu traje o tu guayabera, presto a decir la palabra de consuelo o amonestación, a explicar aquello tan complejo o difícil como solo tú sabes hacer con la claridad y dulzura de un padre.
Cuando dije: ¡Viva!, alguien habló de ¡Gloria! y pensé en la martiana estocada que brotaba de tus labios, quizá, más veces de las que escuché: “Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz”, y me convencí del absurdo.
Es por ello que, sin tú pedirlo, te alabo vivo, tan vivo como suele estar ese amor que acaricia tu barba, que sigue el sinuoso vuelo de tu látigo-dedo fustigando al imperio y a los enemigos de la Revolución, o que posa la mirada en tu rostro para aprenderte de memoria y fijar cada línea, cada brillo de esos ojos vivos, cada plata de tus cabellos y barba.
Por eso, hoy y siempre, #VivaFidel #FelizCumpleañosPapa y como tu vida es la del revolucionario, una vida de amor y combate, te regalo este himno de amor y combate.
Te doy una canción.
Letra y música: Silvio Rodríguez
Cómo gasto papeles recordándote,
cómo me haces hablar en el silencio,
cómo no te me quitas de las ganas
aunque nadie me ve nunca contigo.
Y cómo pasa el tiempo
que, de pronto, son años
sin pasar tú por mí,
detenida.
Te doy una canción si abro una puerta
y de la sombra sales tú.
Te doy una canción de madrugada,
Cuando más quiero tu luz.
Te doy una canción cuando apareces
el misterio del amor,
y si no lo apareces no me importa:
yo te doy una canción.
Si miro un poco afuera, me detengo:
la ciudad se derrumba y yo cantando.
La gente que me odia y que me quiere
No me va a perdonar que me distraiga.
Creen que lo digo todo,
que me juego la vida,
porque no te conocen
ni te sienten.
Te doy una canción y hago un discurso sobre mi derecho a hablar,
Te doy una canción con mis dos manos, con las mismas de matar.
Te doy una canción y digo patria
y sigo hablando para ti.
Te doy una canción como un disparo
como un libro, una palabra
una guerrilla, como doy el amor.
Tomado de La mala palabra