El año mil novecientos
Treinta nació una cubana
Digna como la mariana,
Con sus mismos sentimientos.
Muchos acontecimientos
Nos relatan su heroísmo
Y así decir, es lo mismo
Por su acento firme y fiel
Vilma, Raúl y Fidel,
La patria y el socialismo.
¿Quién dice que Vilma espín
Ha muerto? Vilma no ha muerto.
Se halla ella en el concierto
De la batalla sin fin.
Granma, la habana, Holguín,
Santiago, el llano, la sierra
Saben que su ejemplo encierra
Un martianismo ejemplar
Al saber su suerte echar
Con los pobres de la tierra.
Vilma bajo el cielo azul
Donde la tierra la cuida
Sigue inyectándole vida
Al corazón de Raúl.
Con qué orgullo aquel baúl
Guarda objetos personales,
Qué contentos los rosales
Que recibe cada día
Con la fuerza y la energía
Frescas de sus ideales.
IV
Con su sonrisa de niña,
De joven y hasta de adulta
Para la patria resulta
Una flor en la campiña.
Hoy su recuerdo encariña
Con sentimiento profundo.
Por eso en cada segundo
Siembra con su dignidad
Árboles de libertad
En los terrenos del mundo.
Vilma vino porque vino
A construir en la sierra
Un monumento de tierra
Llamado pico turquino.
Vilma entrelazó el camino
Llano, Sierra, Baraguá.
Tanto tiempo pasará
Y así como viven otros
Vilma vive entre nosotros
Y por siempre vivirá.
Redacción del sitio