#26Sept Día Internacional para la eliminación total de las armas nucleares (I Parte)

Como dijo nuestro presidente de los consejos de Estado y de Ministros Miguel Díaz-Canel Bermúdez en la reunión plenaria de alto nivel para conmemorar y promover el Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares celebrada en la sede de la Organización de Naciones Unidas el pasado 26 de septiembre de 2018, después de referirse a la famosa respuesta dada por el genial Albert Einstein cuando se le preguntó cómo sería la Tercera Guerra Mundial y respondió que la Cuarta sería con palos y piedras; nuestro Presidente expresó: “(…) Por eso, consideramos un deber insoslayable sumarnos a la conmemoración, cada 26 de septiembre, del Día Internacional para la eliminación Total de las Armas Nucleares, que constituye el objetivo de las Naciones Unidas de preservar la paz y la seguridad”.

Y por ese deber insoslayable, como ya es tradición en Cuba, todos los 26 de septiembre se conmemora tan importante fecha con una serie de actividades dirigidas a la toma de conciencia acerca de la amenaza que las armas nucleares representan para la humanidad, con el objetivo de prohibirlas y eliminarlas de manera total.

Por iniciativa del Movimiento de Países No Alineados  el 26 de septiembre fue instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2013, movilizando los esfuerzos internacionales para conseguir un mundo libre de armas nucleares.

Para todos, este día también representa nuestro tributo a la memoria del líder histórico de la Revolución cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, luchador incansable en favor del desarme nuclear, quien nos legó numerosas enseñanzas a través de sus reflexiones y discursos en foros nacionales e internacionales. Nunca olvidaremos su histórica intervención en el XXXIV Período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas cuando manifestó: “(…) Basta ya con la ilusión  de que los problemas del mundo  se pueden resolver con armas nucleares. Las bombas podrán matar a los hambrientos, a los enfermos, a los ignorantes, pero no pueden matar al hambre, las enfermedades, la ignorancia. No pueden tampoco con la justa rebeldía de los pueblos y en el holocausto, morirán también los ricos que son los que más tienen que perder. Digamos adiós a las armas y consagrémonos a los problemas agobiantes de nuestra era” .

No podemos olvidar el fatídico 6 de agosto de 1945, cuando un  bombardero estadounidense dejó caer la primera bomba atómica contra la ciudadjaponesa de Hiroshima. Al menos 70 000 personas murieron ese mismo día, cifra que fue aumentando hasta más de 105 000 fallecidos por causa de la exposición a la radiación que sufrieron los sobrevivientes.

Tres días después –el 9 de agosto–la «hazaña» norteamericana tuvo como presa la ciudad de Nagasaki. La segunda bomba nuclear, dejó de manera instantánea 120 000 muertos. Antes de finalizar 1945, ya la cifra de fallecidos en ambas ciudades se elevaba a 246 000 personas.

Por eso, para las Naciones Unidas, lograr el desarme nuclear a nivel mundial es uno de sus principales  objetivos. De hecho, fue el tema de la primera resolución aprobada por la Asamblea General, en 1946, y ha formado parte de su agenda desde 1959, junto con el desarme general y completo. También ha sido una cuestión destacada en las Conferencias de las Partes encargadas del examen del Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares, celebradas en la ONU desde 1975. En el primer periodo de sesiones extraordinario dedicado al desarme, que tuvo lugar en 1978, se le dio una particular prioridad al desarme nuclear.

El pasado año, en este mismo día, analizábamos estos interesantes temas y concluíamos con la esperanza de que se firmara por numerosos países el Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares, documento  suscrito por el ministro cubano de Relaciones Exteriores, compañero Bruno Rodríguez Parrilla el 20 de septiembre del 2017, junto a representantes de otros 41 estados. Como muestra de voluntad,  el 31 de enero del 2018 nuestro país se convirtió en el quinto Estado en ratificar el Tratado sobre la prohibición de las Armas Nucleares, lo que se une al Tratado de Tlatelolco y al de no Proliferación anteriormente ratificados.

Pero  qué ha pasado que, en el último año, se ha visto opacado el esfuerzo de la comunidad internacional, para lograr un mundo de paz y libre de armas nucleares.(…Continuará)

Por Domenech y Mario Raudilio *Colaborador de CubaPorSiempre

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