Su mamá lo ayuda a reflejar en una hoja de papel uno de nuestros símbolos. Este arquetipo de la nación nos ha acompañado en batallas por la libertad y celebraciones por el Primero de mayo.
El pequeño, a través del pincel, va moldeando líneas, colores…, entonces la alegría se refleja en su rostro al ver terminada la Bandera Nacional. Él, con 5 años de edad, sueña en incluirla en el balcón, desde este espacio cantará las notas del Himno de Bayamo. Al más pequeño de la casa se le escucha practicar:
¡Al combate corred bayameses,
que la Patria os contempla orgullosa;
no temáis una muerte gloriosa,
que morir por la patria es vivir!
En cadenas vivir es vivir
en afrenta y oprobio sumidos,
del clarín escuchad el sonido;
¡ a las armas, valientes, corred!
El niño despierta temprano este Primero de mayo de 2020 y aprecia una pertinaz llovizna, sin embargo muchos cubanos desde sus balcones entonan las notas del himno, ese que está en los corazones de millones de habitantes de un país que siempre será ejemplo para el mundo.
Nada más hermoso que el amor a la Patria y como dijera nuestro Apóstol los niños son la esperanza del mundo.
Por Gabriel González @gabrieldcuba