Para Cuba, la solidaridad entre las personas y los pueblos es un deber. Un ejemplo se encuentra en la colaboración solidaria que han prestado y prestan en la actualidad centenares de médicos y profesores cubanos en el mundo; mientras que otro está en el número de jóvenes formados gratuitamente en la universidad cubana, procedentes de otros países latinoamericanos, de África y Asia.
“La idea de un Programa Integral de Salud y una Escuela Latinoamericana de Ciencias Médicas nació de dos terribles huracanes que azotaron al Caribe y Centroamérica causando un impresionante número de víctimas mortales e incalculable daño material. Entre las naciones afectadas se encontraban las dos más pobres del hemisferio.”
Las palabras del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la inauguración de la Escuela Latinoamericana de Ciencias Médicas, en ocasión de la IX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, La Habana, Cuba, el 15 de noviembre de 1999, ponían en claro dos ideas fundamentales: surgía una escuela como sencillo símbolo de lo que la unidad puede alcanzar, a la vez que resaltaba ante la comunidad internacional la modesta contribución de Cuba a la unidad e integración de los pueblos.
En la actualidad, la ELAM acoge estudiantes de países de América Latina, el Caribe, los Estados Unidos, África, Asia y Oceanía. Una vez formados sus recursos humanos constituyen un ejército de batas blancas que dispersos por los países y comunidades más recónditas y pobres del planeta, han sabido poner muy en alto el prestigio de la medicina cubana. Cuenta en sus años de experiencia con más de 29 mil 749 médicos de 115 países.
Sin embargo, aunque en el ámbito de la educación médica la inauguración de una escuela latinoamericana de medicina constituye una contribución importante a la cooperación internacional solidaria de Cuba; lo cierto es que los inicios de este programa datan de 1975 en Yemen.