Un contingente médico con el nombre de un general: Henry Reeve #Cuba #CubaSalvaVidas

De este modo, nuestro invicto Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, inmortalizó a una de las figuras más célebres de nuestras guerras por la independencia nacional, al “Inglesito”, al legendario general Henry Reeve.

Había nacido el Brooklin, Nueva York, el 4 de abril de 1850, en el seno de una familia presbiteriana de clase media, la cual le facilitó de una buena educación.

Desde muy joven se incorporó a la guerra de secesión, luchando del lado de los patriotas del Norte cuya decisión dice mucho de su madurez por cuanto aquellos hombres enarbolaban las banderas contra la esclavitud, favorecida por los del Sur.

Movido por un profundo sentimiento de patriotismo e internacionalismo americano se incorporó a la lucha emancipadora de Cuba, protagonizada por Céspedes, el 10 de Octubre de 1868.
Desde entonces, la manigua redentora y las huestes españolas conocerían del coraje y el talento militar del neoyorquino, cuyo nombre estaría en la lista de la gallarda caballería camagüeyana, bajo el mando del “Mayor”, Ignacio Agramonte.
Su ímpeto estaría presente en la heroica acción del Rescate de Sanguily, en los vibrantes combates de «Ciego de Najasa», «Soledad de Pacheco» y «Cocal del Olimpo», por tan solo mencionar algunos ejemplos.
Pero su lealtad a la Revolución no pudo ser mayor que, cuando inutilizada una de sus piernas, por la metralla enemiga, se adaptó una prótesis y, para quedar fijado a su cabalgadura para combatir contra el oprobioso ejército español, se creó un dispositivo: ¡tamaña bravura del gran norteamericano!

Casi 200 años después, del nacimiento del distinguido general con espíritu libertario y mambí, Fidel le da su nombre al valiente contingente, ante la compleja situación creada al sur de los Estados Unidos, por el ciclón Katrina, uno de los fenómenos meteorológicos que más daño ha causado a esta región.

La disposición del Comandante en Jefe y del contingente médico era total para apoyar al pueblo norteamericano, pero el entonces presidente George W. Bush (hijo), no aceptó el gesto solidario y desinteresado de la Revolución y los galenos cubanos.

Sin embargo, hacia cada rincón del mundo, cuando sale una brigada médica cubana de este contingente, lleva en el corazón el ejemplo y el calibre internacionalista de unos de los hombres más ilustres de los Estados Unidos y de la Revolución Cubana.

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