Los disparos de una guerra invisible

Alain Zarragoitía llegó a contar unas 80 piedras en el aire. También había botellas, cristales rotos, dos tanques de basura ardiendo en la esquina. Todas las voces se confundían en un ruido ensordecedor, que activaba los sentidos ante la cercanía del peligro.

ꟷLanzaron un palo con una cadena para el tendido eléctrico y dejaron sin luz a todo en barrio hasta las 7 y pico de la noche. También se metieron en el lugar donde un viejito acumula materias primas, rompieron todo eso y se llevaron las botellas para tirarlas ꟷrecuerda el cuentapropista de 46 añosꟷ Desde la una de la tarde empiezan a circular videítos y fake news sobre un supuesto ataque a la estación de policía del Capri. Salí a la calle y solo vi un cordón de seguridad, ni siquiera habían tropas de apoyo. Parece que ese fue el punto de “en sus marcas, listos, fuera”.

El reparador de equipos electrónicos ha vivido en La Güinera toda su vida. Conoce la zona como la palma de su mano, sus vulnerabilidades, virtudes y la calidad humana de los vecinos. Fue testigo de los disturbios acaecidos allí el pasado 12 de julio. Los alborotadores, si los unías, cabían en media cuadra. “No eran tantos, y La Güinera es mucho más que eso”, dice.

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