Chapeando: Sí, sólo en Miami

Seguimos denunciando la hostilidad, las agresiones y la impunidad como singularidades de las acciones de los odiadores en el juego Cuba-USA, celebrado el domingo en Miami, la ciudad donde los odios no se esconden, se exhiben y se presume de ellos.


Justamente en la víspera de hacerse pública la declaración, el Guerrero cubano publicó en su canal abundante material sobre las violaciones de la ley, contadas por los propios violadores de cuanta normativa existió para garantizar el orden en el estadio de los Marlins.

En uno de los videos mostrados por el Guerrero, el más agresivo de los odiadores reconoce que «la policía estuvo fantástica…, no se metieron en nada». Y más adelante agradece al senador Marco Rubio y al alcalde de Miami por el apoyo a las acciones anticubanas.

Después de comentar la denuncia del MINREX en sus puntos más significativos, Reinier Duardo llamó la atención sobre los antecedentes que podrían estar creando las acciones de los odiadores y sus padrinos quienes operan como una auténtica mafia, todo el tiempo al margen de la ley y con propósitos criminales.

No obstante, esas mismas acciones de las que ahora presumen, podrían haber generado reacciones contrarias al propósito de los odiadores. Según el Guerrero, analistas del Departamento de Estado dicen que lo ocurrido el domingo en Loan Depot Park, deja más daño que beneficios a la imagen de la comunidad cubana en el sur de la Florida.

Es que no sólo hicieron daño, sino que presumieron por todos los medios posibles, de sus fechorías. Y eso, en lugar de fracturas a lo interno de la sociedad cubana, nos ha unido más.

Ya se sabe que la instigación a los ataques, el respaldo a los actos de provocación y hasta el pago de las fianzas, no nacieron por generación espontánea de un grupo de cubanos resentidos. Detrás funciona una maquinaria muy bien engrasada y generosamente financiada.

Por eso se reitera la idea de que son cosas que se ven «sólo en Miami». Porque sólo allí el poder de los grupos mafiosos se usa para atacar símbolos como un juego de béisbol. Pero esos grupos no nacieron de la nada. Emergieron de los grupos armados, entrenados y financiados por la CIA desde los años sesenta del pasado siglo. El genio se salió de la botella. El Frankenstein que brotó de la guerra sucia, desde la Operación Mangosta anda suelto hace tiempo. No olvidar nunca que es la misma gente que llegó a secuestrar a un niño con los mismos fines que ahora boicoteó un partido de béisbol. Seguiremos Chapeando.

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