Por Israel Valdés Rodríguez*
Algo que caracterizó a la dictadura de Fulgencio Batista fue la implantación del terrorismo como arma fundamental para imponer el poder. Seleccionaba el personal más carente de escrúpulos para incorporarlo a la actividad represiva y, junto a ello, la CIA y el FBI los entrenó sobre los métodos a aplicar en la lucha contra toda manifestación de rebeldía de nuestro pueblo a través del secuestro, la tortura, el crimen. El terror había llegado al extremo; cualquier ciudadano podía ser apresado o asesinado en las calles. A continuación le presentamos el historial de uno de los asesinos más connotado de entonces.
Fermín Cowley Gallego. Nació en La Habana, el 8 de diciembre de 1907. Se alistó en el Ejército el 11 de diciembre de 1940. Alcanzó el grado de Primer Teniente antes del golpe militar del 10 de marzo de 1952.
Al producirse el golpe de estado, el entonces primer teniente Cowley estaba destacado en el Regimiento de Santiago, donde era jefe de la compañía del batallón de infantería que radicaba como unidad permanente.
En el regimiento existían divisiones de criterios, unos apoyaban al depuesto presidente Carlos Prío Socarrás y otros lo hacían por Batista, mientras Cowley permanece a la expectativa de los acontecimientos posteriores.
Al conocer que el capitán Alberto del Río Chaviano estaba detenido y del titubeo de los demás complotados y conociendo la actitud del coronel Margolles, esperaba el resultado de la comunicación con el presidente.
Al medio día se produce la comunicación desde La Habana, el coronel informa que Prío se ha asilado en la embajada mexicana, momento que aprovecha Cowley, se presenta en la jefatura y detiene al coronel Margolles.
Cuando llamaron desde la capital para preguntar si la unidad secundaba el golpe, este toma el teléfono e informa: «Este Regimiento está a los órdenes incondicionales del general Batista.»
En el Campamento Militar de Columbia estas palabras ganaron profundo impacto en momentos en que la situación del país era adversa a los complotados, por conocerse que la segunda fortaleza castrense en importancia se mantenía fiel al gobierno constitucional. En un instante de gran euforia. Batista dijo a uno de los oficiales complotados: «Dígale a ese valiente oficial que la patria agradecerá eternamente su gesto.»
Ese día, Cowley recibió el ascenso al grado de Teniente Coronel y el nombramiento de inspector territorial y segundo jefe del Regimiento.
Luego de los inicios en el Regimiento de Santiago de Cuba, donde con los actos de fidelidad logra la confianza del general Batista, es trasladado el 4 de mayo de 1956 a la ciudad de Holguín y es nombrado Jefe del Regimiento No. 7 de la Guardia Rural, con el objetivo de contener los focos revolucionarios que allí surgían y donde se ganó el mote de “El Chacal de Holguín”, por su sangrienta fama. Incluso se le iniciaron tres causas en el año 1957 por los asesinatos cometidos durante las dantescas “Pascuas Sangrientas” (diciembre de 1956) y por la desaparición física de los expedicionarios del yate Corynthia (23 de mayo de 1957), pero todo quedó impune. El 17 de junio de 1957 fue ascendido a Coronel. Fue ajusticiado el 23 de noviembre de 1957, por un comando del Movimiento 26 de Julio, en Holguín.
* (San Antonio de los Baños, 1952) profesor e historiador, miembro del secretariado permanente de la Unión de Historiadores de Cuba.
Cuba por Siempre 
Ese fue uno de los tantos criminales del Gobierno de Batista. Los que pretenden que regresen a Cuba los dinosaurios de Miami y las mal llamadas “Dama$ de Blanco”, claro está, ahí no recuerdan los “Derechos Humanos”…..