Manifestaciones sacuden las universidades, detenciones, medidas administrativas y supresión de la libertad de expresión matizan los últimos días en los EEUU. Según el medio alemán DW en más de 60 sedes universitarias los estudiantes se han movilizado con el objetivo de presionar al presidente Joe Biden para que retire su apoyo incondicional al gobierno de Benjamín Nentanyahu en la agresión contra Palestina.
El estado sionista de Israel sostiene desde hace seis meses una operación militar sobre la Franja de Gaza, teñida por bombardeos indiscriminados sobre la población civil, agresión que según la agencia siria SANA, ha causado 34.488 muertos y 77.643 heridos, siendo catalogado por muchos sectores a nivel mundial como genocidio, denunciado en la Corte Internacional de Justicia y condenado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en más de una ocasión.
Recientemente el Congreso de los EEUU ha aprobado unos 26.000 millones en financiamientos al estado de Israel, los que sumados al envío constante de armamentos han permitido al sionismo mantener su “campaña contra el terrorismo”; según CNN el último envío estadounidense a Israel comprendía más de 2000 bombas de aviación, incluyendo unas mil bombas MK 82 de 500 libras, las que han demolido cientos de edificios y casas en la Franja de Gaza.
Hoy, como sucedió a fines de los 60 contra la Guerra en Vietnam y en los 80 contra el Apartheid en Sudáfrica, la juventud universitaria consciente, ha tomado parte en denunciar el genocidio en Gaza, los financiamientos del gobierno de los EEUU al genocidio y los vínculos de las universidades estadounidenses con el estado de Israel. Las protestas convocadas por diferentes sectores estudiantiles se han caracterizado principalmente por la instalación pacífica de campamentos, comenzando en la Universidad de Columbia, en Nueva York y extendiéndose por todo el país.
Desde el Congreso y la Casa Blanca han criminalizado las protestas pacíficas de los estudiantes universitarios acusándolos de realizar “manifestaciones de antisemitismo”, existiendo diferentes llamados principalmente desde el partido Republicano a suprimir de “forma enérgica” las manifestaciones.
Finalmente en la Cámara de Representantes se presentó el primer proyecto de ley contra las manifestaciones universitarias,, un proyecto solo digno de los tiempos del más rancio Macartismo, en el cual se propone la instalación de “monitores de antisemitismo” en las universidades, o sea, volver a las listas negras, volver a la persecución y la cacería de brujas.
Las diferentes administraciones de las universidades aplicaron fuertes medidas coercitivas contra los estudiantes, en la universidad privada George Washington ejecutaron decenas de suspensiones y la Universidad de Florida amenazó con la expulsión por tres años a los estudiantes que se manifiesten en el campus.
Este sábado fueron arrestadas unas 275 personas incluyendo estudiantes y profesores en varios centros educativos, en la Universidad de Indiana en Bloomington, la Universidad Estatal de Arizona y la Universidad Washington en San Luis. Según Los Ángeles Times la cifra asciende a más de 900 detenciones en todo el país, mientras que organizaciones estudiantiles denuncian vulneración a la libertad de manifestación, detenciones arbitrarias, aplicación desmedida de la fuerza, el uso de balas de gomas y gases lacrimógenos.
Entre las detenciones se destacó el arresto a la Presidenta del Partido Verde y candidata presidencial Jill Stein en la Universidad de Washington. Respecto a las detenciones, la ONU planteó a través del portavoz de la Secretaría General su “preocupación por el respeto a la manifestación pacífica de las personas” en los EEUU, según señaló la agencia EFE.
Mientras con total cinismo desde la “tierra de la libertad” pretenden dar lecciones al resto del mundo de libertades y democracia, las imágenes de represión policial en las universidades inundan las redes, las voces estudiantiles son apagadas, la libertad suprimida y candidatos presidenciales detenidos, todo para seguir bombardeando civiles en Gaza.
Redacción del sitio.
Cuba por Siempre 