Un toque al plan de dominación financiera contra Cuba

Iniciaba la década de 1990 con un hecho que estremecía al mundo, la URSS se derrumbaba y con ella todo su radio de influencia sufría grandes cambios, países enteros se fraccionaban y el otrora campo socialista era tragado rápidamente por el capitalismo ávido de nuevos saqueos. Occidente buscaba anclarse en aquellos territorios y no solo era posible ubicando políticos, también era necesario destruir los lazos económicos del entorno soviético. Se vendió como solución mágica a la crisis económica que sobrevenía, el neoliberalismo, la privatización y la dolarización.

Steven Hanke, señalado como el actual cerebro tras elTOQUE en Cuba, y uno de los ideólogos de la dolarización, jugaba por entonces un papel fundamental en este proceso de neoliberalización, impulsar mecanismos de dominación financiera era el objetivo, y para ello este personaje se involucró en varios países del antiguo campo socialista, llegando a escalar altos cargos de asesoría.

En enero de 1990, fue nombrado asesor económico personal del viceprimer ministro yugoslavo Zivko Pregl, para “liberalizar la economía socialista”. Para 1991 comenzó a asesorar al viceprimer ministro y ministro de economía de Albania, Gramoz Pashko, sobre la posibilidad de establecer una junta monetaria.

Sobre Bulgaria, comenzó sus trabajos en 1990 durante el primer periodo de hiperinflación, diseñando un tablero de divisas publicado en «Teeth for the Bulgarian Lev: A Currency Board Solution», que incluía las tasas de cambio, similar a lo que hoy hace elToque. A finales de 1996, el manual de reforma monetaria de Hanke y Schuler, (profesor de economía de la universidad George Mason de Virginia) titulado “Currency Boards for Developing” se convirtió en un best-seller en Sofía. En 1997 fue nombrado asesor del presidente búlgaro Petar Stoyanov, y trabajó hasta lograr el establecimiento de la junta monetaria, que uniría la moneda local al marco alemán y más tarde al euro. En 2013, el trabajo de Hanke en la junta monetaria fue elogiado por el primer ministro búlgaro Plamen Oresharski, y le serían entregados posteriormente tres doctorados Honoris Causa por diferentes universidades, desde entonces se mantiene vinculado a la asesoría del gobierno.

Para 1992 introdujo también la propuesta de una junta monetaria en Estonia, presentando varios trabajos a la Asamblea Constituyente, que su implementación concluyó con el abandono del rublo ruso; la adopción de una moneda local anclada al marco alemán y después al euro, que finalmente se asumió como moneda oficial. Al mismo tiempo en Lituania, establecía colaboración con varios economistas influyentes para difundir los “buenos oficios” de la experiencia vecina, logrando que en 1994 fuera ejecutada con el mismo esquema estonio y también desapareciera la moneda local.

De todo este proceso de dominación neoliberal no estaría exenta Cuba; en 1991 la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), que para ese entonces ya contaba con un grueso historial de ataques contra la Revolución, lanzaría un proyecto a un grupo de expertos para una “reconstrucción económica de Cuba”, siendo publicado en 1992 por Steve H. Hanke y Kurt Schuler con el nombre de “Reforma monetaria para una Cuba orientada al mercado”.

Creían que Cuba no se podría sostener sola, apostaban por la caída de la Revolución, hacían planes y volvían a pensar en repartirse el pastel como antes de 1959. “Cuba está entrando en sus últimos años bajo el estancamiento del régimen de Castro, es probable que Cuba se libere de las cadenas del socialismo y avance hacia el capitalismo, como lo están haciendo ahora Europa del Este”, así comenzaba a introducirse el primer capítulo de este plan de dominación financiera contra Cuba.

Sobre el documento presentado a la FNCA, Sir Alan Walters, quien fuera asesor económico de la primera ministra británica Margaret Thatcher señaló: “¿Cómo se instala y asegura dinero estable en Cuba? En mi opinión, la única manera segura es establecer una junta monetaria. El volumen de Hanke-Schuler presenta un modelo sólido para hacer precisamente eso.”

Tenía Hanke para una Cuba pos-Castro, el mismo plan que para los otros países de Europa del Este, vender como tabla de salvación una “junta monetaria” que garantizaría la dependencia del peso a través de reservas con otra moneda extranjera, en este caso con el dólar. Con total cinismo vendían una supuesta dignidad a cambio de la dominación: “Vincular el peso al dólar no sometería a Cuba a la dominación de los EE.UU, como algunas personas pueden temer. Más bien, restauraría un elemento de dignidad nacional al darle a Cuba la moneda sólida que ahora carece. Al hacer que el peso sea tan sólido como el dólar”.

Basado nada más y nada menos que en modelos aplicados en las colonias británicas, se proponía la desaparición del Banco Central, la creación en su lugar de una “Caja de Conversión”, dividir el Banco Popular de Ahorro y privatizar todos los bancos resultantes. Esta Caja de Conversión supuestamente estaría ubicada en Suiza, gobernada por un consejo de cinco directores, de los cuales solo dos serían cubanos y los restantes, elegidos por bancos de Alemania, EE.UU y Japón. La Caja estaría destinada a emitir la moneda cubana, mantener el cambio fijo con el dólar y solo podría ser desmantelada por el voto unánime de la junta directiva, estableciéndose así un mecanismo exterior para el control económico de Cuba.

En una muestra del total desprecio a los cubanos y mostrando las verdaderas intenciones, intentaban justificar los efectos que traería una junta monetaria en Cuba cuando de la forma más desdeñable plantearon: “Una objeción es que el sistema de junta monetaria puede crear una relación colonial entre Cuba y los EE.UU, ya que según nuestra propuesta, el peso probablemente estaría vinculado al dólar. Los cubanos están comprensiblemente ansiosos por ser una colonia de los EE.UU, de España o de cualquier otro país.”

Como diría Lenin, “La política es la expresión concentrada de la economía”, todos los planes de máxima presión económica, de hostigamiento a las finanzas y de inflación inducida a la moneda, no solo tiene como objetivo provocar un estallido social y político que desencadene la caída del gobierno, sino que pretende además destruir la economía cubana hasta que solo una salida de supeditación con el dólar fuera la única alternativa. De nada valdría aquella “democracia” que tanto propagandizan, mientras tendrían el verdadero poder económico y financiero que garantizaría el control total de Cuba.

“A un plan obedece nuestro enemigo: el plan de enconarnos, dispersarnos, dividirnos, ahogarnos. Por eso obedecemos nosotros a otro plan: enseñarnos en toda nuestra altura, apretarnos, juntarnos, burlarlo (…) Plan contra plan”, señalo José Martí. El plan de dominación financiera de Cuba quedó plasmado desde 1991, y en ese camino van todos los ataques, 33 años de resistencia estoica y creativa nos separan de esa fecha, emancipémonos nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos, sigamos derrotando a ese gigante de las siete leguas que pretende engullirnos.

Por Redacción del sitio

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